YO CONOZCO TUS OBRAS

Debe llamar nuestra atención que Cristo,  al enviar su mensaje a las siete iglesias, según se registra en el Apocalipsis, incluye en cada carta la frase «Yo conozco tus obras». ¿Por qué usa el Señor esta afirmación?
Según la enseñanza bíblica la Fe genuina, la profesión verdadera del creyente, se debe mostrar no en palabras o expresiones externas de entusiasmo, sino que la vivencia diaria.
Cometemetos un grave error cuando medimos la espiritualidad de una iglesia basándonos en sus expresiones externas, porque muy a menudo estas expresiones corresponden a costumbres de cultos donde las emociones son manipuladas. Y esos que vemos levantar sus manos y participar activamente en un culto público muchas veces carecen de piedad privada y de santidad.
Son nuestros hechos los que muestran la calidad de nuestra fe. La vivencia cristiana debe ser examinada y re-examinada con frecuencia. Estamos viviendo en tiempos de apostasía, y aunque reconocemos que un verdadero hijo de Dios nunca caerá de forma definitiva, sabemos que miles de los que profesan la fe Cristiana, y muchos de los líderes de ministerios cristianos son de aquellos que el apóstol Pablo advierte que continúan «engañando y siendo engañados» (II Timoteo 3.13).
Para ayudar en este auto-examen y evaluar también la clase de cristianismo que nos rodea, sugiero que nos hagamos las siguientes preguntas que nos ayudarán a evaluar tanto nuestro estado espiritual personal como el de la iglesia a la cual pertenecemos.

• ¿Sigue creciendo nuestro amor por Cristo? ¿Es el mismo de antes, es mayor que antes o será menor?
• ¿Son las ocupaciones e intereses terrenales más importantes que las cosas eternas?
• ¿Preferimos ver televisión o navegar en internet que leer la Biblia y orar?
• ¿Hay una marcada diferencia entre la asistencia a las cenas y actividades especiales de la iglesia  en comparación con las reuniones de oración?
• ¿Se ha  vuelto necesario organizar actividades innovadoras para lograr que los jóvenes se acerquen a la iglesia?
• ¿Qué porcentaje de los miembros de la Iglesia asisten al culto de oración?
• ¿Cuál es nuestra visión del dinero? ¿Acumulamos riqueza o disfrutamos cuando podemos dar? ¿Nos gozamos más en recibir que en dar?
• ¿Estamos permitiendo líderes en la iglesia que no tienen las cualidades espirituales necesarias?
• ¿Se caracteriza nuestro Cristianismo por la pasión y el gozo?
• ¿Existen verdades que conocemos pero que no practicamos?
• ¿Pensamos que estamos haciendo un esfuerzo suficiente por alcanzar a los perdidos?
• ¿Cuánto tiempo dedicamos al deporte, la recreación y los pasatiempos en comparación con el tiempo dedicado a estudiar la Biblia y orar?
• ¿Temblamos ante la Palabra de Dios?
• ¿Muestra el predicador convicción y vivencia en su predicación o se dedica a manipular nuestras emociones?
• ¿Pensamos con frecuencia en la Eternidad?
• ¿Estamos más preocupados por el trabajo y la carrera profesional que por lo que pasa en el Reino de Dios?
• Cuando el pueblo de Dios se reúne para alguna actividad fuera de la iglesia,  ¿Son más frecuentes las conversaciones acerca de las noticias, los deportes y los negocios que de las cosas de Dios?
• ¿Consideramos los cultos como: “lo mismo de siempre”?
• ¿Hay conflictos en la iglesia pero no se hace lo necesario para procurar la reconciliación?
• ¿Oran los esposos con sus esposas?
• ¿Están los matrimonios de la iglesia simplemente sobreviviendo sin tener el verdadero amor de Cristo?
• ¿Crecen nuestros hijos adoptando valores mundanos, filosofías seculares y estilos de vida impíos?
• ¿Nos preoucupa más la educación de nuestros hijos y sus actividades atléticas que la condición de sus almas?
• ¿Se esconde el pecado en la iglesia debajo de la alfombra?
• ¿Se trata el pecado cometido abiertamente con el método bíblico de disciplina y restauración del pecador?
• ¿Toleramos “pequeños” pecados de chisme, espíritu de crítica y falta de amor?
• ¿Vemos programas de televisión o películas que no son decentes?
• ¿Carece nuestra adoración de reverencia y entusiasmo?
• ¿Son nuestras oraciones palabras vacías que se dicen solo para impresionar a los que escuchan?
• ¿Oramos con fervor?
• ¿Están nuestros corazones fríos y nuestros ojos secos? ¿Alguna vez lloramos al orar?
• ¿Lloramos y lamentamos nuestro pecado, así como el pecado que otros cometen?
• ¿Estamos satisfechos con un Cristianismo moderado de “asistencia a la iglesia”?
• ¿Nos parece que la adoración es aburrida y cansada?
• ¿Necesitamos buscar cómo entretener a la gente para que asista a la iglesia?
• ¿Es la última moda la que dicta cuál es nuestra música y forma de vestir? ¿Estamos adaptándonos al mundo?
• ¿Somos incapaces de considerar la santidad como algo hermoso?
• ¿Nos hace falta la compañía de nuestros hermanos en Cristo?
• ¿Hay que rogar a la gente para que colabore y para que sirva en la Iglesia?
• ¿Damos de forma medida y calculada en vez de ser liberales y propensos al sacrificio?
• ¿Los que han hecho profesión de fe en la iglesia en los últimos años, están perseverando?
• ¿Nos preocupa más lo que otros piensen de nosotros que lo que Dios piensa de nosotros?
• ¿Nos causa pesar el hecho de que nuestros familiares, vecinos, compañeros de trabajo y allegados están perdidos sin Cristo?
• ¿Conocen los que nos rodean algo de nuestra iglesia? ¿Causamos algún impacto?
• ¿Podemos percibir nuestra urgente necesidad de consagración?
• ¿Nos atrevemos a pensar que estamos bien y que pasamos este examen con nota excelente?

Cualquiera que sea el resultado de la evaluación, lo importante es recordar las palabras de Crsito «YO CONOZCO TUS OBRAS» – APOCALIPSIS 2.2; 2.9; 2.13; 2.19; 3.1; 3.8; 3.15