¿Quién es tu Rey?

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“… ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César”

Juan 19.15

La cita bíblica con la cual inicia este artículo describe la respuesta que dieron los líderes judíos que rechazaron a Jesús como el Mesías y lo condenaron a muerte como malhechor.

Pilato, el gobernador romano, no encontró delito en Jesús y tampoco consideró como algo peligroso para la estabilidad del imperio, el hecho de que un profeta en Judea fuera considerado un Rey, porque [el escuchó las palabras del mismo Jesús afirmando que se trataba de un reino diferente al de este mundo(Juan 18.36). Sin embargo, la Historia muestra cómo el Cristianismo sí llegó a afectar y sigue afectando a todos los reinos de este mundo.

La religión cristiana, basada en Jesucristo, Su vida, muerte, resurrección y en sus enseñanzas fue ilegal en los primeros siglos. El Imperio romano toleraba muchas religiones pero la negativa de los cristianos de rendir culto al César, les trajo serias consecuencias que les provocaron muchas persecuciones, maltratos y muerte cruel. ¿Por qué?

A diferencia de aquellos judíos que enfatizaron: “No tenemos más rey que César”, los cristianos confesaban con énfasis aun mayor: No tenemos más Rey que a Jesucristo

A pesar de las terribles persecuciones, el cristianismo logró extenderse por todos los territorios del Imperio y miles de personas estuvieron dispuestas a perderlo todo, con tal de ganar a Cristo, como lo confesó el apóstol Pablo en Filipenses 3.8

El cristianismo logró ser legalizado a principios del siglo IV y eventualmente en el extenso territorio imperial se llegó a reconocer que aquel Nazareno que fue crucificado bajo Poncio Pilato era el Rey, el Hijo de Dios.

Sin embargo, la Historia muestra que los períodos de tranquilidad y prosperidad material no han sido los mejores para el cristianismo. El Maestro Divino dijo claramente a sus discípulos:

Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida

Lucas 21.34

Pero la advertencia ha sido ignorada más de una vez. El cristianismo decae en su vigor y efectividad cuando cae en la trampa de la mundanalidad. El diablo y enemigo de nuestra fe, quien es llamado «príncipe de este mundo» es tramposo y ofrece diversos entretenimientos para que los cristianos se distraigan y olviden la razón por la cual estamos en este mundo:

«para que anunciemos las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable«

I Pedro 2:9

Pero en estas condiciones de decadencia el mundo observa a la Iglesia y mira personas que están viviendo para el Aquí y el Ahora y por eso el mensaje evangélico pierde efectividad.

Si los cristianos participan de las cosas del mundo con la misma afición que los incrédulos y si gastan sus energías y recursos y si dedican su tiempo a estas cosas, se están postrando ante los mismos ídolos que los incrédulos.

El resultado del letargo de la Iglesia es que pocos conocen la Verdad y se entra en períodos de horrible ignorancia y de error. Esto es terrible porque lo único que previene que las personas y sociedades se vuelvan a la locura es escuchar a Dios, (Salmos 85.8) y si no escuchan a Dios, escucharán las voces engañosas del mundo y del diablo. El mundo solo puede escuchar la Voz de Dios por medio de aquellos que proclaman la Palabra de Dios, pero la evidencia de la decadencia se nota en cuán pocos están dispuestos a proclamar con pasión el Evangelio y dejar todas las vanidades por esta magnífica labor. ¿Dónde están los misioneros y los jóvenes dejando todo atrás para ir donde Dios los lleve en la expansión del Reino de Cristo? – La respuesta es que están jugando videos, haciéndose fanáticos del deporte, viajando por el mundo, comiendo y bebiendo como todos los demás.

El salmo recién citado dice:

Escucharé lo que hablará Jehová Dios; Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, Para que no se vuelvan a la locura

Salmos 85:8

Esto es lo que estamos viviendo en el presente. La sociedad en general y también muchos de los que dicen llamarse cristianos se han vuelto locos. Esta locura les impide razonar, no hay lógica aplicada en las discusiones y tampoco argumentos bíblicos sólidos.

Las decisiones se toman con base en la conveniencia personal, la ganancia material y para satisfacción mundana pero no en base a la Verdad, en lo espiritual y en lo eterno.

El apóstol Pablo afirmó que

«todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución»

II Timoteo 3:12

En nuestros días, proclamar una Verdad absoluta se ha vuelto un crimen en la sociedad, y por la Verdad los cristianos deberíamos estar dispuestos a padecer, pero muchos han tomado la alternativa de alejarse de la piedad para acomodarse al mundo y así evitar cualquier sufrimiento, incomodidad o pérdida material.

La Verdad absoluta es que solo hay Un Rey y Señor y se llama Jesucristo y los súbditos del Reino de Cristo se identifican porque se rigen por la Ley de Dios. ¿Ama usted la ley de Dios?

El panorama actual parece bastante peligroso porque la multitud parece seguir gritando “no tenemos más rey que César”, es decir, rechazan el Señorío de Cristo y al hacerlo se someten al señorío del César, de pecado y del mundo y de aquel que está detrás de ese sistema mundano.

Si las cosas se complicaran y perdieramos las libertades sociales que teníamos y el expresar nuestras firmes creencias en las enseñanzas de Cristo se llega a considerar un delito, o viniera otro período de persecución como al inicio del cristianismo, ¿cómo harán los cristianos que no podían ni dejar los placeres mundanos por Cristo para mantenerse fieles a Él?

Cuando Aquel Rey conquistador Jesús vino al mundo, trajo la luz de la Verdad, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas (Juan 3.19). Pero Aquel Galileo humilde que mataron, resucitó y ascendió a los Cielos y aunque los reinos de este mundo no lo reconozcan en el presente, un día tendrán que doblar la rodilla y decirle al Nazareno, ¡la victoria es Tuya! (Romanos 14.11)

Por más preocupante que se torne la situación política y económica en nuestros países y aunque veamos la creciente pérdida de valores, no olvidemos las palabras de la profecía:

«Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos»

Apocalipsis 11.15

Todos los que somos súbditos del reino de Cristo, en el pasado éramos sus enemigos, pero Él nos conquistó y ahora voluntariamente le servimos. Entonces la libertad principal que Cristo conquistó para nosotros es la libertad de la esclavitud al pecado que nos dominaba.

¿Se ha postrado ya usted ante el Rey? ¡Hágalo! Él es misericordioso y perdonador. No continúe siendo rebelde porque cuando Él regrese, Él aplastará a los rebeldes. Si Cristo no es tu Rey, estás bajo el dominio del César, es decir, del sistema mundano contrario a Dios y Su Ley, pero no olvidemos esta advertencia:

Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto Su ira. Bienaventurados todos los que en Él confían

Salmos 2.12

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