¡Cuidado, lo van a Censurar!

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¿Qué es la Censura?

Encontré esta definición en la popular Wikipedia:

“…supresión de material de comunicación que puede ser considerado ofensivo, dañino, inconveniente o innecesario para el gobierno o los medios de comunicación, según lo determinado por un censor”

La primera vez que escuché sobre la censura, se refería al horario en que se permitían ciertos programas de televisión que se consideraban inapropiados para los niños. La oficina de Censura establecía que tales programas o películas debían ser transmitidos en un horario nocturno con la suposición de que los niños ya estarían acostados.

Aquella época ya pasó y vemos que hoy en día se transmite en cualquier horario programación que antes era considerada de contenido inconveniente.

¿Es esto una mejoría o un declive?

Aquel tipo de censura tenía una intención benigna al tratar de proteger a los niños, pero demostraba la hipocresía y doble moral de la sociedad que permitía a las personas adultas contaminar sus mentes mirando programas con escenas sexuales o escuchando lenguaje obsceno.

Es una pena que hoy no solo a los adultos sino a todos se les permite el acceso a material perjudicial. Para eso ya no hay censura.

Los progresistas mal llamados “liberales”, comparaban aquel ejercicio de censuras sobre el contenido de programas y películas con la antigua Inquisición. Se atrevían a comparar la crueldad de aquel organismo que en la antigüedad prohibía la expresión de ideas contrarias a los intereses de los que ostentaban el poder político o religioso, con las medidas que intentaban proteger la moral. Era una comparación absurda pero sirvió para que ganaran el derecho a la transmisión de inmoralidades.

Con aquel discurso de «libertad de expresión» se llegó a permitir la publicación de cualquier aberración. Pero irónicamente, ahora que sí estamos necesitando levantar la voz para denunciar la corrupción y abusos del poder, los que se autodenominan progresistas, son los que censuran la voz de los disidentes y quieren suprimir la voz de sus adversarios.

Los progresistas no están logrando el progreso, más bien, están propiciando la degradación y retroceso de la sociedad. La deshonestidad de los progresistas se nota cuando al hablar de libertades olvidan que los sistemas de gobierno socialistas no solamente censuran, sino que tienen medidas de terrible represión contra los disidentes y eso no se denuncia.

Por cierto, “Socialista” también la considero una palabra mal utilizada o con significado engañoso, porque suena a sistemas de bien social, pero lo que se procura es el control de la sociedad.  

Las frecuentes noticias de canales de youtube, páginas de Facebook y cuentas de Twitter que son cerradas por la censura de estos «dueños de la información» son alarmantes! porque se ve claramente que permiten a las personas realizar publicaciones con contenido de carácter inmoral y blasfemo, pero en cambio a otros se les niega el derecho de denunciar la corrupción de los medios y de ciertos políticos.  

Expresar opiniones o información que sea políticamente inconveniente para los progresistas se está volviendo imperdonable en esta sociedad. En otras palabras, los medios han influenciado de tal manera a la población, que mantener una posición política o religiosa conservadora se está volviendo algo negativo y prohibido.

El registro bíblico nos relata que los profetas de Dios muchas veces sufrieron censuras por la clase de mensaje que proclamaban. Con respecto al profeta Jeremías, está escrito:

El sacerdote Pasur hijo de Imer, que presidía como príncipe en la casa de Jehová, oyó a Jeremías que profetizaba estas palabras. Y azotó Pasur al profeta Jeremías, y lo puso en el cepo

Jeremías 20.2-

Y cuando terminó de hablar Jeremías todo lo que Jehová le había mandado que hablase a todo el pueblo, los sacerdotes y los profetas y todo el pueblo le echaron mano, diciendo: De cierto morirás

Jeremías 26.8

Notemos que la censura en este caso provenía de una autoridad religiosa. Los profetas sufrieron el desprecio y el maltrato muchas veces porque la gente no estaba dispuesta a aceptar que alguien se atreviera a confrontarlos con sus errores y pecados.

En aquella sociedad, como ocurre también en el presente, la gente buscaba algo que los hiciera sentir bien, profetas que les hicieran promesas de prosperidad, aunque fueran falsas. ¿No es así hoy?

El Predicador de Eclesiastés escribió:

Mejor es oír la reprensión del sabio que la canción de los necios.

Eclesiastés 7.5

Pero la sociedad parece afirmar que es mejor la canción de prosperidad de aquellos que nos prometen que si nos sometemos al sistema todo irá bien.

La reprensión incómoda de los sabios nos llama a reconocer nuestra insensatez y a arrepentirnos y buscar a Dios, pero la gente no quiere oír un mensaje así, les encanta la canción de los insensatos.

También recalcó el Predicador

Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor

Eclesiastés 12.11

Como las palabras de los sabios son verdaderas y exponen la triste realidad, no son fácilmente aceptadas, la gente las recibe como dolorosos aguijones. Pero no se dan cuenta que la cura de la enfermedad muchas veces requiere de un tratamiento doloroso. ¿Preferimos seguir enfermos que tomar la amarga medicina? Parece que sí.

Ojalá consideráramos las razones sabias del Proverbista:

Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos del que aborrece

Proverbios 27.6

El rumbo que están tomando las cosas es muy grave porque no solo parece que se prefieren los besos del hipócrita, sino que se rechaza la medicina amarga de la verdad y a la vez, se procura impedir que otros se enteren de esta medicina y decidan tomarla.

La censura impuesta por los medios quiere que todos pensemos lo mismo y que creamos que el mundo está progresando cuando se procura evitar la mención de Dios y de Su santa ley en los escenarios educativos y políticos.

Muy pocos políticos y periodistas se atreven a mencionar la ley divina y al Dios de los cristianos y lamentablemente algunos cristianos piensan que pueden ganar al mundo sin hablar claramente contra el pecado y sin proclamar a Jesucristo como único camino de salvación. Pero en cambio, observamos a los líderes populares y al mismo Papa romano, luciendo como personas de «mente abierta» al unirse en actos religiosos con budistas y musulmanes. La religión que se evita es el Cristianismo bíblico. El cristianismo mundano y falso, ese sí es tolerado.

El apóstol Pablo profetizó al respecto cuando escribió:

Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas

II Timoteo 4.3-4

La gran cantidad de falsos predicadores es un claro síntoma de que esta profecía se ha cumplido y la actitud de la sociedad en general también lo comprueba, la gente está cautivada prefiriendo las fábulas y la “canción de los necios” que propagan medios de entretenimiento y los noticieros.

¿Tendremos la valentía de hablar la verdad como lo hicieron los profetas y los apóstoles?

Si es así, enfrentaremos la censura de la inquisición moderna que procurará callarnos. Algunos van a ceder y van a acomodar su mensaje y sus posiciones para evitar la persecución, pero los verdaderos testigos de Cristo, lograrán perseverar aunque en algún momento se sientan tentados a claudicar.

El profeta Jeremías, cuando experimentó sufrimientos por causa de su labor profética expresó:

Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude

Jeremías 20.9

En cierto momento el profeta tuvo la intención de mejor callar y dejar que cada uno hiciera como le pareciera. Pero sus convicciones eran genuinas y volvió a proclamar la verdad.

¿Siente usted ese fuego ardiente en su corazón y metido en sus huesos? ¿Siente usted amor por la Verdad y la Justicia?

La persecución vendrá, de diferentes maneras, pero de seguro vendrá y sólo los que verdaderamente conocen a Cristo y lo aman podrán sostenerse hasta el fin.

Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución

II Timoteo 3.12

¿Quiere usted vivir piadosamente o prefiere acomodarse a este mundo para no ser censurado?

¡Los cobardes no entrarán en la Ciudad de Dios!

Apocalipsis 21.8

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