Tomado del Muro de Facebook del Pr. Michael Spangler
A nosotros los Ministros nos encanta pensar que somos valientes. Pero hermanos, la cobardía está en nuestros huesos. Considere esta lista de pecados comunes en los pastores, examine su corazón y por favor arrepiéntase. Porque si ha habido una época en que necesitamos hombres de Dios sin miedo, es hoy.
- Fiscalización del tono. No entrar en controversias, sino hacer mucho ruido al respecto de la simpatía y el balance.
- Esconderse en la Iglesia local. Pensar que si has predicado y pastoreado a tus pocas docenas, tu deber está cumplido
- Esconderse en las cortes eclesiásticas. Como si Pablo hubiera tenido que llamar una reunión de presbiterio en vez de reprender la actitud de Pedro en frente de todos.
- Evangelismo No-Confrontador. Esperar años para decirle a su prójimo que hay un infierno, o promover el «evangelismo amistoso» por encima de de puerta en puerta.
- Nunca predicar en la calle. Pensar que podrá predicar el evangelio a toda criatura desde la comodidad de su púlpito.
- Evitar los Medios Sociales. Como si Cristo y Su verdad no tuviera que mencionarse, y menos defenderse, en el foro público más importante que hay ahora.
- Rehuir la Disciplina de la Iglesia. Evitar la censura de los que han provocado tropiezo, o permitir que ciertos miembros sean sacados en silencio en vez de tratar públicamente con sus pecados.
- Predicar sin Doctrina. Temer que la luz sea demasiado brillante y vaya a lastimar los ojos de los hombres.
- Predicar sin Aplicación. No insistir en que Dios debe ser obedecido de corazón, y caer en la ortodoxia muerta.
- Predicar sin discriminación. Creer ingenuamente que todos los miembros de la iglesia son nacidos de nuevo.
- Nunca predicar sobre Política. Olvidar que Dios escribió mucho con respecto a los deberes que tienen los magistrados civiles y los ciudadanos.
- Tolerar el Pluralismo Religioso. Como si los gobernantes no tuvieran que honrar al Hijo y amar a Dios, como si la primera tabla de la ley fuera innecesaria fuera de las paredes de la iglesia.
- Procurar nunca incomodar a Sus Ancianos. Como si ellos fueran sus jefes, o como si sus conciencias fueran su regla, en vez de la Palabra de Dios.
- Negarse a incomodar a Su Congregación. Evitar las reprensiones, prefiriendo que se pierdan en el pecado a que dejen la membresía.
- No hacer visitas a los hogares. Dejar que la semilla plantada por la predicación de la Palabra muera por falta del riego y cuidado necesario en privado.
- Guardar silencio por ciertos grupos favorecidos. No tratar el pecado dominante de mujeres o evitar reprender a un hombre porque es negro.
- Guardar silencio sobre pecados y errores populares. No condenar públicamente la profanación del día del Señor, la Homosexualidad, el Trasvestismo, el Aborto, el Feminismo, el Marxismo, el Darwinismo.
- Descansar en Valentías Pasadas. Pensar que porque no fuiste un cobarde antes, no puedes ser un cobarde ahora.
- Hacer cálculos de costo financiero. Considerar la hipoteca y el fondo de retiro al determinar su deber.
- Protegerse a sí mismo para Servicio Futuro. Negarse a hablar ahora, para hablar luego cuando esté en una posición más alta. Como si la exaltación viniera por medio de la astucia y no por la humildad.