Tiempo de llorar

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La gravedad de la crisis que estamos enfrentando no es tan seria todavía como otras crisis que ha enfrentado la humanidad. Las crisis producidas por pestes y guerras en el pasado han durado varios años y han provocado sufrimiento y muchas muertes. Pero No deberíamos ser indiferentes ante la posibilidad de que las cosas no mejoren, sino que empeoren.

Algunos siguen consolándose con un positivismo engañoso pensando que pronto todo va a estar bien y a otros ya les va tan mal que se han acostumbrado y parecen consolarse pensando que no puede irles peor.

Reflexionemos en cuanto a la forma correcta de afrontar las tristezas de la vida. De manera práctica, las personas cuyo estilo de vida es sencillo y humilde, sufrirán menos durante las épocas de crisis; pero los que se han acostumbrado demasiado a las comodidades, sufrirán más, porque la crisis los obliga a tener que prescindir de muchas cosas de las cuales se han hecho dependientes.

Pero ¡Cuidado!, lo peor no es una pandemia, ni lo peor es una crisis económica, lo peor sería que estas cosas sucedan sin que aprendamos ciertas lecciones espirituales y que las conciencias sigan adormecidas. ¡Eso sí sería una tragedia!

El sabio Salomón afirmó que todo tiene su tiempo y debemos empezar por reconocer que la sociedad moderna materialista nos engaña pensando que siempre es tiempo de reír y siempre es tiempo de divertirse.

 ¿Ha cambiado esta cuarentena su rutina para bien? ¿Ha tomado tiempo para reflexionar sobre su vida espiritual y su destino eterno? ¿Ha estado meditando en Dios y en el propósito de su existencia? Si no es así, usted está desperdiciando este tiempo y desaprovechando una gran oportunidad.

Muchos siguen refugiándose en las cosas vanas. El tiempo se desperdicia en redes sociales, en videos de internet, en video juegos, etc., y es lamentable la noticia de que el mayor proveedor de pornografía por internet decidió “contribuir” a la crisis concediendo accesos sin costo para los usuarios de Italia y España.

Esto es terrible, porque aunque «hay tiempo de reír y tiempo de llorar», NUNCA es tiempo apropiado para pecar, sin embargo, la gente sigue pensando que podrá calmar sus ansiedades con sus vicios.

Este debería ser un tiempo de llorar. La Biblia nos describe dos clases de lloro en muy diferentes circunstancias.

Jesucristo dijo:

“Bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación”

Mateo 5.4

Este lloro se refiere al lamento que debe hacer el pecador por sus pecados, este lamento es una bienaventuranza, porque le lleva a Cristo y al arrepentimiento verdadero. Como escribió el profeta Jeremías:

“¿Por qué se lamenta el hombre viviente?, laméntese el hombre en su pecado”

Lamentaciones 3.39

Los que experimentan este tiempo de lloro, finalmente verán sus lágrimas cambiadas en gozo:

“Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente”

Salmos 84.6

Y el apóstol Juan escribe la promesa final para el pueblo de Dios:

“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.”

Apocalipsis 21. 4

Sin embargo, para otros el tiempo de lloro llegará demasiado tarde, porque el Señor Jesucristo refiriéndose a los incrédulos y rebeldes y a los hipócritas dijo:

“… y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes”

Mateo 13.42

Estas palabras NO son recibidas con agrado porque la mayoría vive engañada, pensando que no pertenecen al grupo  de los que recibirán condenación. Muchos ni siquiera creen que hay un Juicio y una condenación y otros, desconocen el camino único que libra al pecador de la condenación.

En estas circunstancias de crisis las personas prefieren “… la canción de los necios…«, es decir, es mejor pensar que todo va a estar bien, que Dios no castiga, que mejor es disfrutar lo que nos quede de vida en los placeres. Eso es como una canción de melodía agradable y pegajosa.

¿No sería mejor oír la reprensión del sabio? El sabio reprende movido por un deseo de traer bien a las personas que lo escuchan, y el sabio terminó su discurso con estas palabras:

“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.”

Eclesiastés 12.13-14

La reprensión del Sabio nos recuerda la realidad de que el Dios que nos creó nos pedirá cuentas de lo que hicimos y de lo que no hicimos y esto, en base a Su Santa Ley.

Pero, cuando Cristo vino a este mundo los estudiosos de la ley le hicieron la siguiente pregunta:

«… qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?»

Juan 6.28

La respuesta de Cristo fue la siguiente:

“Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que Él ha enviado.”

Juan 6.29

Todavía hay tiempo. Todavía hay tiempo de ir arrepentidos a Cristo y reconocerlo como el único Señor y Salvador para que tengamos seguridad y consuelo en medio de cualquier crisis y para que tengamos verdadera esperanza en el día final.

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