31 de Octubre — ¿Halloween?

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El 31 de octubre muchos celebran el Halloween, una fiesta con elementos de superstición que Hollywood ha aprovechado muy bien para ofrecer películas de terror.
Hace unas décadas lo único que sabíamos de esa fecha era que los niños en Estados Unidos tenían la costumbre de disfrazarse y salir a pedir golosinas, pero en los últimos años se han hecho frecuentes los relatos macabros de gente que comete crímenes espantosos y extraños ritos diabólicos en esta fecha. Por estas razones hay algunos que disfrutan de la fecha y otros la odian.
Sea como sea, la costumbre se ha ido globalizando y el sistema de la sociedad consumista en que vivimos no desaprovechará una fecha más para hacer a la gente gastar dinero. Una razón más para hacer fiesta y salir, para buscar diversión y alguna manera de distraerse.
La fiesta de Halloween apenas comenzó a ser conocida en América y Europa en el siglo 19 con la llegada de los inmigrantes procedentes de Irlanda que huían de una hambruna terrible que ocurrió en aquella región. Pero hay otro evento que solía conmemorarse en siglos pasados por las iglesias protestantes en esta misma fecha.
La mayoría de personas ignoran qué fue lo que sucedió el 31 de octubre de 1517, por eso en esta fecha le invito a no ceder ante las distracciones mundanas y a tomar tiempo para reflexionar en ciertos hechos históricos que cambiaron el rumbo de la sociedad occidental.
Indagar con respecto a lo que aconteció en aquella remota fecha sería muy útil para todo cristiano, sea cual sea la iglesia a la que pertenezca.
En aquel día, en Wittemberg, Alemania, un monje agustino publicó un documento con 95 Tesis protestando contra ciertas enseñanzas y prácticas del catolicismo de su época, las cuales consideraba contrarias a la Biblia y a la razón. Y al publicarlas pedía que se abriera un debate para buscar cómo corregir esos errores y abusos. El monje se llamaba Martín Lutero.
A partir de ahí se gestó un movimiento de reforma en Europa que luchaba por hacer que el cristianismo fuera purificado haciéndolo volver a su forma bíblica original.
No tengo el espacio para describir todos los hechos históricos, pero recomiendo a los lectores buscar información sobre lo que ocurrió en las Dietas Imperiales de Worms (1521) y Spira (1529).
Sin embargo, hay cinco principios que surgieron de aquel movimiento teológico que llegó a llamarse “La Reforma Protestante”, los cuales fueron rechazados con vehemencia por el Catolicismo Romano en el Concilio de Trento (1545-1563). Un resumen se presenta a continuación, con algunas referencias bíblicas de apoyo:
SOLA SCRIPTURA: Las Escrituras de la Santa Biblia deben ser reconocidas como la única regla de fe y de práctica para la Iglesia. La Biblia debe estar al alcance de todo el pueblo.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” – II Timoteo 3.16.
La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples.” – Salmos 119.130
Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás.” – Deuteronomio 12.32

Toda secta e iglesia falsa podrá ser identificada por este estándar. La Biblia es la única autoridad. No debemos aceptar otra fuente de revelación divina ni otra autoridad adicional a la Biblia.
SOLA GRATIA: Los pecadores pueden alcanzar la salvación de sus almas únicamente por la Gracia de Dios. No hay nadie que merezca la salvación ni hay nada que pueda hacer el pecador para merecerla.

Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe” – Efesios 2.8-9
nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” – (Tito 3.5)

Todos merecemos la condenación por nuestros pecados. Dios no está en la obligación de salvar a nadie, la salvación es un acto de Su misericordia.
SOLA FIDE: La FE es instrumento por el cual los pecadores son salvados. A la fe no se le debe añadir nada más. La fe producirá buenas obras, pero estas obras no son la causa de la salvación sino el resultado de la gracia recibida.

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” – Romanos 5.1

La fe es un don divino que hace perseverar a los creyentes.

…sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero” – I Pedro 1.5

SOLUS CHRISTUS: La fe que salva a un pecador es aquella que se deposita única y exclusivamente en el Hijo de Dios Jesucristo. Fuera de Él no hay salvación. Ningún ser humano puede acercarse a Dios por medio de nadie más que por Aquel Mediador único y perfecto, Jesucristo que se hizo hombre.

Porque hay un solo Dios y un solo  Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” – I Timoteo 2.5

Ni los ángeles, ni los santos ni otro ser creado puede interceder por nosotros ante Dios el Padre.

Yo soy el camino y la verdad y la vida, nadie viene al Padre, sino por mí” –Juan 14.6

SOLI DEO GLORIA: Solamente el Dios único y verdadero merece la gloria en la salvación. El Padre que quiso elegir un pueblo de entre la raza humana rebelde para salvarlo por Gracia, el Hijo Jesucristo que se hizo hombre para redimir al pueblo de Dios y el Espíritu Santo que trae luz y vida para que los pecadores reciban el Evangelio con arrepentimiento y fe.

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

Efesios 1.3-14
Durante muchos siglos la gente estuvo privada de las Sagradas Escrituras en su idioma. De esta manera, la conciencia del pueblo estaba esclavizada a creencias y costumbres inventadas por los líderes de las instituciones religiosas pero contrarias a la voluntad de Dios revelada en la Biblia.
Los reformadores protestantes lucharon para que el pueblo tuviera acceso a la Biblia en su propio idioma y llegaron a lograr este objetivo, pero no sin librar tremendas luchas y sufrir terribles persecuciones.
¿Tiene usted algún conocimiento de las dificultades que pasaron los hombres de Dios del pasado para que la Biblia pudiera ser traducida y distribuida al idioma de los pueblos?
En la actualidad la Biblia ya no es difícil tener acceso a la Biblia, por lo tanto, ya no tenemos excusa para seguir creencias y tradiciones que no tengan un claro fundamento bíblico.
¿Está usted procurando vivir conforme a las enseñanzas de la Biblia? ¿Se conforma con seguir las instrucciones del líder de su iglesia? ¿Se preocupa por verificar si las creencias de su iglesia provienen de las Sagradas Escrituras?
La salvación es un asunto personal, cada uno de nosotros dará cuenta ante Dios por sí mismo.
Si usted no se preocupa por conocer la verdad sobre cómo estar en paz con Dios hoy, el día final será demasiado tarde.
Quiera Dios inquietar nuestras conciencias para esforzarnos en indagar y comprobar si el fundamento de nuestra fe es verdaderamente la persona de Jesucristo y si la regla de fe y práctica para la iglesia a la que pertenecemos es únicamente la Biblia.

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