Los auto-nombramientos pastorales

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falsos maestros

(La imagen representa a los falsos predicadores que se aprovechande los miembros engañados de sus iglesias)

Por Conrad Mbewe (traducido con permiso por Alexander León)

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Es un hecho bien conocido que los gobiernos de los países Africanos han decidido que ya es suficiente y se están moviendo para detener la podredumbre que afecta a la mayoría de iglesias carismáticas. El hedor ya no puede ser ignorado. Esto ha sucedido ya en Kenya bajo el Presidente Uhuru Kenyatta. Sudáfrica y Zambia también están preparando legislación al respecto. No pasará mucho tiempo antes de que otras naciones Africanas también lo hagan.
¿Por qué están los gobiernos nacionales haciendo esto? Porque los ciudadanos han sido violados y defraudados financieramente por líderes religiosos con impunidad y ya no se puede ignorar el asunto. Tristemente, esto también ha ocurrido porque han notado con desilusión que la iglesia no está haciendo nada para detener esta tendencia.
Tengo mis oídos pegados al suelo. Después de todo, vivo en África. Escucho a la iglesia quejarse por esta intervención de los gobiernos. Se dice que esta es una forma de persecución de parte del Estado motivada por denuncias expresadas por la iglesia con respecto a injusticias que el Estado ha cometido.
En parte eso es cierto. Sin embargo, la pregunta todavía necesita una respuesta. ¿Qué está haciendo la iglesia – en especial la iglesia carismática – para detener la podredumbre que se da en su seno? Tengo mis oídos en el suelo y puedo decir con seguridad que muy poco se está haciendo. Esto es muy triste.
¿No es obvio que la fuente de está produciendo este flujo de impostores radica en el fallo de los círculos carismáticos para regular quién debería ser pastor? Los Pastores están ordenándose a sí mismos y confiriéndose títulos como “apóstol” o “profeta”. Cualquiera puede poner un rótulo, “Iglesia de Señales y milagros Internacional del Profeta John Banda”, y listo… ¡Una nueva iglesia se ha formado!
¿No está mal esto?
Piensen en esto por un momento. Para ser presidente de un país, se debe pertenecer a un partido político. Para estar nominado en las elecciones nacionales, se requiere un cierto número de personas que respalden y paguen cierta cantidad de dinero. También tiene que pasar por un estricto escrutinio para asegurar que su carácter es impecable. Luego se puede presentar como candidato. Si pierde, no puede ser presidente. Si contraviene la ley puede ser llamado a cuentas por su partido y denunciado y sentenciado en una corte legal.
Para ser médico o arquitecto o abogado se debe ir a la escuela en su campo por lo menos 4 o 5 años. Luego sigue el internado o práctica profesional bajo un individuo de su carrera. Se necesita rendir exámenes para adquirir la licencia y poder ejercer. Si el mentor no lo recomienda o si falla en los exámenes no se le permitirá ejercer la práctica de su profesión. Si se le encuentra culpable de una conducta grave la licencia puede ser revocada.
¿Por qué los presidentes, médicos, arquitectos y abogados deben sujetarse a estas medidas restrictivas? Porque muchas vidas humanas podrían destruirse si se tiene el carácter incorrecto en tales prácticas. El presidente tiene al ejército y a la policía a su disposición. Imagínese lo que puede hacer si tiene el carácter incorrecto. Los doctores cuidan nuestra vida, los arquitectos diseñan nuestras viviendas y los abogados protegen nuestras libertades. Pueden arruinarnos si son charlatanes.
Miremos ahora a los pastores que velan por el bien eterno de nuestras almas. ¿Qué se requiere para ser pastor, especialmente en las iglesias carismáticas? ¡Nada! No tiene que ir a la escuela. No hay mentoría oficial. No hay exámenes. Lo único que se necesita es un poco de elocuencia y un poco de apariencia. Si tiene acento Americano o Nigeriano eso sería un plus.
Entonces, tenemos individuos que han sido un completo fracaso en todas las áreas de la vida que ahora se ganan la vida como pastores carismáticos. Algunos han dejado mujeres embarazadas fuera del matrimonio incluso antes de volverse líderes religiosos. Ya han fallado moralmente y están en los púlpitos enseñándonos cómo vivir.
¿Cómo se las agencian estos charlatanes para escapar del colador habiendo tenido un pasado así? Simplemente por afirmar que Dios les ha hablado a ellos y les ha autorizado para hacer lo que hacen. En los círculos carismáticos esa pretensión sella las bocas de cualquiera que intente prevenir que un carácter innoble tome un cargo como pastor de iglesia. ¿Quién es usted para impedir lo que Dios está haciendo en la vida de su ungido?
La única manera en la cual podemos detener esta inundación de hombres malos e impostores que ocupan los púlpitos es volviendo a la Biblia. ¿Qué dice la Biblia? Por ejemplo, ¿cómo fue que el apóstol Pablo llegó a ser un líder reconocido en la iglesia? Dios le habló camino a Damasco, pero ¿fue eso todo? ¡No!, Pablo mismo dice que él debía presentar sus credenciales a los líderes de la iglesia para que ellos le dieran la mano derecha de compañerismo como un ministro del Evangelio. (vean Gálatas 2.1-9)
¿Cómo ha sido a través de la historia? Exactamente de la misma manera. Los pastores no se asignan a sí mismos. Deben ser entrenados bajo tutores reconocidos. Deben rendir exámenes estrictos en materia de doctrina. Deben ser examinados en su carácter. Únicamente cuando han pasado por todo esto se les permite tomar “los sagrados votos”. Todo esto se hacía para preservar las almas de las personas que ellos tenían que supervisar. Al afirmar que Dios aun nos habla individualmente aparte de la Escritura, hemos desechado todo esto y ahora charlatanes son los que están al frente de las iglesias. Hemos desechado los medios para evaluarlos.
La manera en que se entra también determina la manera en que se sale. Si otros son los que designan a un pastor, cuando él hace locuras, ellos mismos son los que pueden destituirlo. Pero si un pastor se puso a sí mismo, la iglesia se vuelve en su propiedad personal. El pastor no rinde cuentas a nadie. Es intocable. Puede cometer adulterio y hasta divorciarse de su legítima esposa para volver a casarse con una jovencita de 16 que admira en la banda y sigue permaneciendo como el profeta de la iglesia. ¿Quién se atrevería a expulsarlo? Este pastor le diría que si usted no lo quiere a él como pastor, el que tiene que irse es usted. ¡Esta es la iglesia de él!
Aceptémoslo. Hemos fallados en abordar este problema. Si el estado no interviene, este monstruo consumirá lo poco que queda de la reputación de la iglesia como un lugar seguro. No sirve de nada lamentar que el gobierno ha incursionado en la jurisdicción de la iglesia si nosotros mismos quienes somos la iglesia no estamos tratando con este apestoso elefante que está en la habitación. Los Magistrados y los jueces están cansados de escuchar casos de abusos sexuales y de fraudes financieros causados por los apóstoles y profetas, a los cuales no podemos confrontar porque no podemos atrevernos a “tocar al ungido del Señor”.
Todo ser humano debe rendir cuentas tanto a Dios en el cielo como a sus semejantes en la tierra. Los auto-nombramientos de pastores deben parar. Si la iglesia no regula a quién se le permite aspirar a ser pastor, entonces que el estado lo haga. Por amor del Señor, alguien tiene que hacer algo antes que la iglesia se vuelva el hazmerreír en la tierra y en el infierno.
 
 

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