¿De qué manera recuperas tus fuerzas cuando te sientes fatigado? ¿Eres consciente de que es Dios quien te provee lo necesario para recuperarte?
El cansancio físico puede ser producido por el mucho trabajo o por la enfermedad. En cualquiera de los dos casos uno de los mejores remedios es el reposo, es decir, poder dormir bien. Sin embargo, el sueño no será de provecho al que tenga el estómago vacío, porque despertará aún más débil todavía.
La gracia de Dios está siempre detrás de todo. Es Dios quien provee el alimento necesario para que nuestros cuerpos reciban los nutrientes necesarios y es Dios quien concede el buen sueño. (Salmos 127:2)
Pensemos detenidamente en esto para que podamos arrepentirnos de nuestra falta de agradecimiento. No apreciamos la gracia de Dios al concedernos alimentos, no apreciamos su gracia al concedernos un lugar cómodo para dormir, no vemos su gracia que nos provee medicinas y suplementos alimenticios para cuando sentimos que la fatiga es mucha.
Del mismo modo, que en el caso del cansancio corporal y pérdida de energías físicas (pero mucho más importante), deberíamos ver lo que está relacionado con el desánimo y la fatiga espiritual. Todo el remedio proviene de Dios.
Ahora bien, el texto bíblico especifica con claridad a quiénes promete Dios dar las fuerzas y a quiénes aumentará Él el vigor: Dios atenderá al cansado y al que no tiene ninguna fuerza. Este es un detalle muy importante.
Si nuestra actitud es de auto-suficiencia, si no clamamos a Dios con humildad, reconociendo nuestra condición precaria, no seremos sujetos apropiados para recibir la bendición de Dios. ¿Podemos verlo así?
Esto debería llevarnos a concluir que todos esos libros clasificados clasificados en su temática como auto-ayuda, no son libros apropiados, no son bíblicos. Los libros útiles serán los que expongan de forma clara los principios de la Palabra de Dios, uno de los cuales es incapacidad espiritual de la raza humana caída y el medio único de redención.
Si sueles usar frases como: «tengo que poner de mi parte», «todo depende de mi esfuerzo», es porquei estás luchando en tus fuerzas y si estás dependiendo de tus capacidades, no podrás experimentar este auxilio divino, sobrenatural.
Jesucristo dijo: “Venid a mí, todos los que estáis trabajado y cargados y yo os haré descansar” (Mateo 11:28)
El descanso es necesario, pero no debemos pensar que Cristo nos está llamando a un reposo que equivale a una vida de inactividad, más bien, habiendo entrado en el reposo de Cristo, el creyente es ahora capacitado para continuar su jornada, pero ya NO más en sus propias fuerzas, sino dependiendo de aquel auxilio prometido a los que se han refugiado en Cristo.
¿Estás cansado? ¿Cuál es la razón de tu fatiga? Al igual que en el caso físico, podría ser que no estás reposando adecuadamente o podría ser que estás débil y enfermo. Sea cual sea tu situación ¿Qué vas a hacer? ¿Atenderás las palabras de Cristo o escucharás las sugerencias satánicas?
Lamentablemente muchas veces los que están fatigados espiritualmente lo que hacen es dejar de comer, algo completamente ilógico, es cuando deberíamos ser más cuidadosos en nuestra dieta espiritual. Muchas veces en vez de ir corriendo al Médico Divino, nos vamos alejando de Él. ¿No es esto una insensatez?
Hay muchas labores que deben realizarse en el Reino de Cristo, por lo tanto es necesario que los súbditos de Su reino estén saludables, dispuestos, llenos de vigor. Hay promesa de auxilio para los que se cansan, para los que se fatigan y pierden el vigor. La promesa es que si reconocen que no tienen fuerza alguna, recibirán las fuerzas de Dios.
Los cristianos suelen hacer un énfasis en el Evangelio y en venir a Cristo cuando hablan con incrédulos, con gente que no va a la iglesia, pero luego para la vida cristiana cotidiana suelen olvidar el Evangelio. Muchos parecen entender muy bien que para ser salvos, tenemos que rendirnos y depender completamente del Señor Jesucristo, pero luego parece también que en sus vidas cristianas dependen de sí mismos y no del Salvador. ¡Grave error!, tenemos que vivir todos los días nutridos por el Evangelio porque – hallará descanso todo el que viene a Cristo, y todos los días y a cada momento debemos depender de Él.
Las promesas son maravillosas para los que aprenden a depender de Dios. El profeta Isaías concluye el capítulo de esta manera: “Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” (Isaías 40:30-31)
¿Crees esto? ¿Crees que es mejor confiar en Dios? Si confías en Dios te nutrirás de Su Palabra, si confías en Él, reposarás en el sacrificio perfecto de Cristo y dejarás de vivir como si todo dependiera de tu desempeño. Si esperas en Él, Él renovará tus fuerzas. Amén.
Pastor Alexander León