¿QUIÉN HABLA POR LOS BAUTISTAS REFORMADOS?

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El blog Reformed Baptist Fellowshipha publicado un artículo que considero de bastante utilidad y por lo tanto he pedido permiso para traducirlo y publicarlo. 
Autor: Steve Marquedant, Sovereign Grace Reformed Baptist Church, Ontario, California
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El mundo ha estado mirando con atención el gran espectáculo de la Iglesia Católica Romana por la selección de su nuevo Papa. Historia y misterio se combinan en un grandioso espectáculo digno de una producción de Cecil B. DeMille. En lo que tiene que ver con campanas y aromas, los demás son solo aficionados si se les compara con Roma. Hasta los Medios, que normalmente son escépticos, admiran el show. El mundo espera a que los Cardenales, escondidos en total reclusión, nos hablen únicamente por medio de humo blanco o humo negro.
Es muy fácil saber quién habla por la Iglesia Romana. Hay muchas voces, pero al fin, es el Papa quien habla por la iglesia. Puede ser que no todos los Católicos escuchen, pero su voz es la voz oficial de su iglesia.
En nuestro gobierno, el Presidente habla por la nación. De nuevo, muchos no están de acuerdo, pero él es portavoz oficial. Pero, más poderosa que el Presidente, más poderosa que el Congreso, o que la Suprema Corte es la Constitución. Las figuras Políticas y Judiciales vienen y se van, pero la Constitución permanece.
He escogido esta analogía, porque en nuestras iglesias Bautistas Reformadas, la Confesión de 1677/1689 tiene una posición similar a la Constitución de los Estados Unidos. Se mantiene como una roca sólida de unidad doctrinal y de estabilidad. Mientras muchas iglesias afirman creer en la Biblia, una congregación que sostiene sinceramente esta Confesión posee un guardián bien definido, seguro y probado por el tiempo, contra las herejías.
Los Pastores y los Ancianos vienen y se van. Sin embargo, cuando una congregación requiere que un Pastor prometa adherencia a la Confesión como parte de sus votos de ordenación, con la promesa de renunciar voluntariamente a su cargo de anciano si cambia su punto de vista, esa iglesia se mantiene a salvo del error.
Las diferencias en cuanto a estilos vienen y se van. Los asuntos periféricos y los énfasis varían de un cuerpo de ancianos al siguiente dentro de las iglesias Bautistas Reformadas. Pero una iglesia que sostiene firmemente la Confesión, sostendrá también las mismas verdades cien años después en cuanto a los asuntos esenciales de la fe.
No tengo datos de iglesias Bautistas Reformadas, en América que se hubieran adherido con tenacidad a la Confesión de 1668 en el siglo pasado, por lo tanto no tenemos un modelo para estudiar o examinar. Hay una tendencia natural en los individuos y las iglesias de cambiar y balancearse de un lado a otro a veces, como un péndulo, algunos más otros menos. Por ejemplo, en su propia área, probablemente hay una iglesia que trató de seguir el modelo de “Willow Creek”, impulsados por el modelo de “Iglesia con propósito”, y ahora se han cambiado a un modelo más “misional” (“Emergente” o “Semi-emergente”). Si no tienen éxito, ¿cuál modelo adoptarán luego? No hay que preocuparse, siempre hay un nuevo modelo en el horizonte.
Las iglesias seguirán un modelo, y hay una infinidad de modelos para escoger. Hay modelos denominacionales y modelos de tendencias que surgen. Muchos de los modelos son impulsados por la “personalidad”, porque tienen una figura clave que se toma como el representante o dirigente. Un modelo puede considerarse como revolucionario y novedoso hoy, y la congregación estará llena de entusiasmo. Pero inevitablemente en unos veinticinco años se encontrarán defendiéndolo como se defiende una tradición propia. Las iglesias Bautistas Reformadas no están exentas de este efecto del péndulo.
Entonces, ¿Quién nos representa a los Bautistas Reformados hoy? De forma interesante, nos encontramos perteneciendo a un movimiento que no tiene una figura pública muy bien conocida como lo fuera John Piper, John MacArthur, Mark Driscoll o R.C. Sproul. Podríamos encontrar puntos importantes de acuerdo con estos hombres, pero también hay puntos de desacuerdo. Y cada uno de estos hombres tendría puntos de desacuerdo con nuestra Confesión también. Ninguno de estos hombres famosos que he listado (y podría mencionar muchos más) se describiría a sí mismo como un Bautista Reformado Confesional.
¿Quién nos representa, como Bautistas Reformados, como el pastor ideal o la iglesia con el ministerio ideal? Tenemos hombres muy capaces y algunas iglesias ejemplares. Sin embargo, no hemos tenido esa clase de ministro “super-estrella” que define ciertos movimientos. Con el paso de los años, ha sido provechoso imitar a algunos hombres y ministerios. En otras ocasiones, hemos comprobado que la imitación no siempre es la más alta forma de adulación. También, conforme el número de Bautistas Reformados ha ido creciendo (y ese crecimiento se ha dado durante los últimos veinte años), nos hemos vuelto más diversos.
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¿Quién representa mejor a los Bautistas Reformados? ¿Hay un individuo específico o iglesia a la que podemos designar como modelo definitivo? La Historia demuestra que los líderes vienen y se van. Debemos ser suficientemente sabios como para reconocer la devastación que ocurre, de manera inevitable, cuando un movimiento simplemente sigue a un hombre, no importa qué tan bueno sea este. Eventualmente, cuando este hombre se vaya, el grupo usualmente tomará enfoques diferentes a los que “el hombre” tenía en mente.
Un movimiento que surge por causa de un líder o que adopta un líder como portavoz definitivo tiene algunos problemas inherentes. Está sujeto a las ideas cambiantes del líder. Está destinado a ser relevante por una o a lo sumo dos generaciones. Estos movimientos no son capaces usualmente de soportar un “segundo hombre”, sino que se dividen como sucede con las luchas teológicas de poder. Para la tercera generación, el movimiento generalmente ha cambiado suficiente hasta que ya no representa la visión del fundador.
Hasta una iglesia local está destinada a pasar por un período de transición en un espacio aproximado de 30 años. La fragilidad humana natural dicta que inevitablemente los Ancianos vienen y se van. La dirección de la iglesia puede cambiar con el cambio de los Ancianos. El entorno teológico evangélico y lo que significa ser “reformado” es casi seguro que cambiará. Hemos visto esta definición cambiar dramáticamente en los últimos 15 años. Es lo deseable que las iglesias se fortalezcan, pero no siempre es el caso. Sin alguna clase fundamento fuerte, es casi seguro que los cambios no serán para mejorar.
La Confesión de 1689 define de una manera apropiada lo que es una Iglesia Bautista Reformada. Es una voz positiva acerca de lo que creemos y una fuerte defensa contra el error. No es cambiable, a menos que se realiza un esfuerzo consciente por cambiarla. Los hombres cambian. Tristemente hemos visto hombres que una vez fueron fuertes variar sus puntos de vista con el tiempo. Otros han empezado a tolerar o abrazar errores que antes no sostenían. También está el problema de “un hombre fuerte” que recomienda o da su aprobación a otros que están en los límites de la ortodoxia. La estabilidad de la Confesión hace que tanto los Ancianos como individuos, así como las congregaciones deban rendir cuentas y “estar firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio” (Filipenses 1.27).
Nuestra Confesión es el mejor guardián para la congregación local y para los Bautistas Reformados en general. Esto no quiere decir, que no se puede actualizar el lenguaje. Stan Reeves ha hecho un buen servicio con su versión moderna que puede ser de gran ayuda al feligrés en la banca. Pero al aceptar la Confesión como un todo, tenemos la ventaja de ser llevados en los hombros de gigantes. ¿Cuándo se ha reunido una más augusta compañía hombres  que en Westminster? La Savoya realizó mejoras a partir de la eclesiología de Westminster. Nuestros antepasados Bautistas Particulares realizaron otras mejoras en el lenguaje, la eclesiología y la teología del pacto de los bautistas reformados. Ellos fueron capaces de adoptar la Confesión de 1677/1689 sin repudiar la Confesión de 1644/1646 porque las verdades expresadas eran esencialmente las mismas. Sin embargo, estas verdades habían sido refinadas y mejor definidas por sus hermanos reformados junto con su propio avance teológico y entendimiento. En la multitud de consejeros…
Las iglesias locales son libres para poner excepciones o realizar aclaraciones a algún punto de la Confesión. Esto debe realizarse con mucho cuidado porque cualquier cambio o agregado tiene el potencial de afectar alguna doctrina esencial. Por ejemplo, podría ser útil para las iglesias realizar una aclaración en cuanto a su posición con respecto al matrimonio, pero, ¿Es necesario esto? Nuestra Confesión se pronuncia con respecto a este asunto contemporáneo del “matrimonio gay” cuando dice: “El matrimonio ha de ser entre un hombre y una mujer…”
En un mar de tan diversas y cambiantes voces, la Confesión le dice al mundo lo que creemos nosotros, Bautistas Particulares (como solían llamarse) o Bautistas Reformados (el término  más moderno). Nos da un punto de unidad y herencia con nuestros hermanos de similar convicción reformada. Se sostiene como la Declaración de Fe definitiva para nuestras iglesias. Nuestra confesión habla por nosotros y ha pasado la prueba del tiempo. Debemos aprender de ella, estudiar la herencia que tiene detrás, y descubrir aún en mayor medida de las verdades contenidas en este antiguo documento que abrazaron nuestros ancestros Bautistas Particulares. Es un gran trabajo definir “Aquellas cosas firmemente creídas entre nosotros”.
 

5 Comentarios

  1. Muy buena analogía pastor Alexander de quien habla hoy por los romanistas, las tendencias cambiantes de diversos predicadores famosos y quien habla hoy por los bautistas reformados, sin lugar a dudas que nuestra confesión es la que nos define e identifica con lo que otros hombres creyeron y defendieron en el pasado y que son verdades que si las sostenemos seguramente seran beneficiadas las generaciones futuras. Bendiciones

  2. Este artículo lo había leído en su versión original, donde encontré el comentario de nuestro hermano pastor, quien sintió en su corazón traducir este importante artículo para los bautistas reformados de habla hispana. Solamente quería añadir, en un tiempo donde se intentan mezclar las “etiquetas denominacionales” (no sé si con el ánimo de desinformar), que un “bautista reformado” es, necesariamente, un creyente que se adhiere a la Confesión Bautista de 1689. Es decir, un “bautista Reformado”, es confesionalista. Quería mencionar esto, ya que hay confusión en cuanto el término y se piensa que un “bautista reformado” es aquel que bautiza por inmersión y que además tiene una soteriología calvinista. El artículo demuestra que el concepto denominacional envuelve más verdades fundamentales de la fe y práctica, como el Principio Regulativo de la Adoracion, además de una posición cesacionista en cuanto a los dones milagrosos apostolicos.

  3. Exelente artículo, gracias hermano Alexander por este aporte. Amen no podemos rechazar el legado histórico, hacer eso es una irresponsabilidad tremenda, la teología histórica, (Confesiones como el credo de los apóstoles, la Bautista de 1689 que es la que se menciona acá, la Confesión de Westminster, la Escocesa, la Valdense, la de Cambridge, la Helvética, etc.) evidencia de la fe de la Iglesia en toda la historia, pero lo que no podemos hacer tampoco es hacer dogmaticas las confesiones – lamentablemente hay hermanos que no pueden discernir , y desean que el siglo 16 o 17 discierna la Escritura por ellos – ya que » La Iglesia viviente ha sido siempre una Iglesia confesante» (Esteban De Vires) debemos Seguir confesando y para confesar debemos tener una teología que nace de la exegesis y de la meditación , teniendo la teología histórica como Comparativa no como Dogmatica a fin de reformarnos y estar en constante reforma, Conforme las Escrituras ( Secumdum Verbum Dei ) y sugiero , y como dice el hermano podemos -no incluso- si no imperativamente ampliar dentro de las mismas verdades. Y como dice el hermano debemos aprender del pasado de la historia de la Iglesia y yo sugiero que sigamos reformándonos y ampliemos dentro de las verdades nuestra teología, creo que no ha acabado el discernimiento de la Iglesia y estamos en constante aprendizaje.

    • Estimado Jerobaal, yo no escribí el artículo, solamente lo traduje. De manera que no estoy seguro a quiénes tendría en mente el autor original, pero creo que a lo que se refiere es a la tendencia frecuente de seguir a predicadores famosos de manera incondicional. En lo personal, yo admiro la labor de muchos que el Señor ha querido levantar en las décadas recientes y le doy gracias a Dios por ellos, pero eso no significa que estoy 100% de acuerdo con todo lo que hacen o dicen. De manera que aprovecho para aclarar que si en mi blog yo incluyo material de alguno de los «famosos», eso no significa que soy un seguidor ciego de aquel predicador. Debemos seguir a Cristo, según las enseñanzas apostólicas, y en mi opinión la Segunda Confesión de Londres es el documento que más apropiadamente interpreta las enseñanzas de la Biblia.

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