LA DOCTRINA DE CRISTO

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El apóstol Juan afirmó: Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.(II Juan 1.9)
Ruego a Dios que este breve tratado llegue a ser útil para compartir con personas de la secta “Testigos de Jehová” o con cualquier otro grupo que se haya desviado de esta doctrina esencial y fundamental del Cristianismo, es decir la doctrina de Cristo o Cristología.
La Verdad es UNA.  NO hay muchas verdades, y esa Verdad puede ser conocida. Podrán conocer la VERDAD todos aquellos que diligentemente estudian las Sagradas Escrituras y claman a Dios por la iluminación del Espíritu Santo.
La Verdad lleva a Dios y Dios es la Verdad.  La mentira lleva a la condenación, por esto es tan importante definir, cuál es la verdad. Pilato le preguntó a Jesús ¿qué es la verdad? y el Señor no le respondió, pero a sus discípulos Él les había dicho claramente «Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida» (Juan 14.6)
Es indispensable entender la doctrina de Cristo, saber quién es Él y su relación con Dios el Padre y con nosotros, porque si no recibimos a Cristo, no somos hijos de Dios. Es decir, si no aceptamos todo lo que la Biblia enseña acerca de Cristo, no podremos tener acceso a Dios. El único camino al Padre es el Hijo. (Juan 14.6) Y el único que nos puede dar entendimiento sobre el Señorío de Jesucristo es el Espíritu Santo I Corintios 12.3
Algunos textos bíblicos enfatizan el estado de humillación del Hijo de Dios, como Hijo del Hombre (Mateo 9.6), hecho menor que los ángeles (Hebreos 2:9) y semejante a los hombres.
Cuando el HIJO se hizo hombre, experimentó todas las circunstancias penosas de la raza humana a excepción del pecado. Él nació, creció, tuvo que aprender a hablar, a caminar, a leer, aprendió un oficio, etc.
En los inicios del cristianismo una de las primeras falsas enseñanzas que se propagaron fue la negación de la humanidad de Cristo, por esta razón es que leemos en la epístola del apóstol Juan lo siguiente:
I Juan 4:2-3: En esto conocéis el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios
II Juan 1:7: Pues muchos engañadores han salido por el mundo que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Este es el engañador y el anticristo
La herejía gnóstica negaba que Cristo hubiera sido un hombre de carne y hueso. Muchos de ellos enseñaron que Cristo era un espíritu con apariencia humana (cuerpo aparente), pero que no fue un ser humano. Para los gnósticos era imposible creer que Dios hubiera participado de la naturaleza humana Ver (http://es.wikipedia.org/wiki/Gnosticismo).
Pero la Biblia confirma que Jesús fue un hombre de verdad.
Aunque su concepción fue milagrosa por acción del Espíritu Santo, Jesús fue gestado en el vientre de María de forma natural y nació por medio de un parto normal.
Lucas 2.6:  “Y sucedió que mientras estaban ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento”
Jesús creció como un niño normal y tuvo que aprender todo lo que los seres humanos aprenden

Lucas 2.40: “Y el niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría…”
Lucas 2:52:  “Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres”
Jesús tuvo hambre, necesitaba alimento
Lucas 4:2 “… Y no comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre”
Jesús oraba a Dios
Mateo 14:23 “… subió al monte a solas para orar”
Jesús dormía
Lucas 8:23 “Pero mientras navegaban, él se durmió
El profeta Isaías explica que el Mesías padecería sufrimiento, todo lo que Cristo sufrió lo sufrió de forma real, no era una apariencia, él lo sufrió todo como un ser humano: angustia, dolor, tristeza, etc. Todas estas son emociones y experiencias humanas y no divinas.
Isaías 53:4-10  “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores… angustiado él y afligido… Jehová quiso quebrantarlo, sujetándolo a padecimiento.»
Jesús no fue cualquier hombre, Él fue un hombre perfecto y de él se escribe en la carta a los Hebreos:
Hebreos 7:26 “Tal sumo sacerdote nos convenía, santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores y hecho más sublime que los cielos”
Por esta razón podemos decir junto con los creyentes de todos los siglos Jesucristo, verdadero hombre.
Ahora vamos a comprobar todas las otras características de Cristo que se enseñan en la Biblia y por las cuales, entendemos que en Jesucristo hay dos naturalezas, Él no solo es el Hijo del Hombre (un título que enfatiza su humanidad) sino que Él es divino, Él es el Verbo de Dios.
Al entender que el Hijo de Dios se hizo un hombre de verdad, nos será más fácil entender los pasajes en los cuales Él, como Hijo del Hombre, se ve a sí mismo limitado y afirma su dependencia de Dios.
Por ejemplo:
Marcos 13.32“Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aún los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre”.
No deberíamos asombrarnos de esto, si  Jesucristo afirmó que ni él sabía cuándo sería el día del Juicio, así es, porque Jesucristo ejercía su humanidad y su divinidad de acuerdo a la voluntad del Padre. Este pasaje nos enseña que saber y  comunicar cuándo sería  exactamente el fin del mundo no era parte de su ministerio terrenal. De hecho, antes de su ascención al Cielo, les dijo a sus discípulos nuevamente que no debían estar interesados tanto en saber sobre «cuándo» ocurrirían los eventos del fin. Hechos 1:7 dice: «No os toca a vosotros saber los tiempos… que el Padre puso en su sola potestad«.
Juan 14:28… porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo.
La Biblia debe ser estudiada con honestidad. Algunos aceptan la Biblia solo parcialmente, excluyendo lo que no pueden entender o lo que no desean aceptar. Si nos quedamos con lo expuesto hasta aquí, Cristo sería solamente un profeta, un gran hombre, incluso podríamos pensar que él fue el mejor hombre o el más grande de todos los profetas, pero según la Biblia, eso NO sería suficiente para salvar a ningún pecador. El Mesías prometido tenía que ser Divino.
Es muy instructivo notar que en el mismo capítulo en el cual Jesús se refiere a Dios como “Mi Padre y vuestro Padre, mi Dios y vuestro Dios (Juan 20.17), en ese mismo capítulo Cristo recibe adoración de Tomás, el cual se postra ante Jesús y le dice: Señor mío y Dios mío (Juan 20:28).
¿Cómo es posible esto? Parece un misterio – y lo es – pero es un misterio que nos ha sido revelado por el Espíritu Santo. Ambas cosas son verdad, Cristo es tanto Hijo del Hombre como Hijo de Dios.
La Biblia enseña la deidad del Hijo de Dios, es decir, que Él es una persona divina, al cual se le otorgan los mismos atributos que le corresponden a Jehová en el Antiguo Testamento.
Dios es el Creador y la Biblia nos enseña que Jesucristo es el agente divino de la creación – Todo existe por causa de Él y para Él:

  • Juan 1:1-2: “En el principio era el Verbo… todas las cosas por él fueron hechas y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”
  • Hebreos 1:1-3: “Dios habiendo hablado… de muchas maneras… en estos postreros días nos ha hablado por el HIJO, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el Universo, el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas por la palabra de su poder”
  • Colosenses 1:16: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles… todo fue creado por medio de él y para él.”

Dios es eterno y la Biblia nos enseña que Jesucristo, el Hijo, es eterno:

  • Colosenses 1:17 “Y él es antes de todas las cosas y todas las cosas en él subsisten”
  • Juan 1:1 “En el principio era el Verbo…” Esto significa que antes que el tiempo existiera el Verbo ya estaba con Dios y era Dios también.
  • Miqueas 5:2 “… de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. Esta profecía de la venida del Mesías, anuncia que ese Mesías existe desde la eternidad.
  • Apocalipsis 1:17 “Yo soy el primero y el último, y el que vivo y estuve muerto…”, exactamente lo mismo que dice Jehová en Isaías 48:12: “Yo mismo, yo el primero, yo también el postrero”

Al llegar a este punto debemos entender estas palabras que  afirman que antes de Él no hay nada y después de Él no hay nada, por lo tanto Jesús es eterno.
Dios es el único que puede salvar a los hombres, y la Biblia enseña que Jesucristo es el Salvador, precisamente el nombre Jesús significa “Jehová salva” o “Jehová Salvador”

  • Isaías 43:11 “Yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve
  • I Timoteo 1:1 “Pablo apóstol de Jesucristo, por mandato de Dios nuestro Salvador y del Señor Jesucristo, nuestra esperanza” – En este versículo se presenta al Padre como Salvador y a Jesucristo como nuestra Esperanza.
  • Isaías 42:3 “Yo Jehová Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador”
  • Tito 2:13 “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador, Jesucristo
  • II Pedro 1:1 “… a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa…”

Dios es el dueño de todo, esto es lo que se indica con el título de SEÑOR, y este mismo título que en la Biblia se da a Jehová, se le otorga a Cristo. En hebreo Adonai y en griego Kyrios

  • Salmos 73:28 “He puesto en Jehová el Señor mi esperanza – En este versículo se enfatiza que Jehová es el Señor, el mismo título que se da a Cristo se dice que Jehová es nuestra esperanza lo mismo que se dice de Jesucristo en I Timoteo 1:1 “… Jesucristo, nuestra esperanza”
  • Filipenses 2:10-11 “… en el nombre de Jesús se doble toda rodilla… y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”
  • Isaías 45:23 “Por mí mismo hice juramento… que a mí se doblará toda rodilla y jurará toda lengua”

Esto significa que la rodilla que se dobla ante Jesucristo, se está doblando ante Dios y que cuando toda legua confiese que Jesús es el Señor, al mismo tiempo estarán jurando el nombre de Dios”
El el Dios único y verdadero es el único digno de adoración y la Biblia nos enseña que Jesucristo es adorado por toda la creación.

  • Deuteronomio 6:13 “A Jehová tu Dios  temerás y a él solo servirás…”
  • Mateo 4:10 “Al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás”
  • Hebreos 1:6 “… cuando introduce al Primogénito en el mundo dice: Adórenle todos los ángeles de Dios…”
  • Isaías 42:8  “Yo Jehová… a otro no daré mi gloria…”
  • II Pedro 1:17  “Cuando él recibió del Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado…”

Si Jehová no comparte su gloria y Dios el Padre sí dio honra y gloria a Su Hijo, es únicamente porque el Hijo y el Padre son uno y el mismo Dios. Si no aceptamos esto, estaríamos afirmando que hay contradicciones en la Biblia.
La idolatría es un pecado que lleva al infierno (Apocalipsis 21.8) y no es permitido nunca adorar a nadie más que a Dios. Ni siquiera los ángeles permiten que se les rinda adoración. Cuando el apóstol Juan intentó postrarse ante el ángel que le dio la revelación, este rechazó la adoración.

  • Apocalipsis 19:10 “Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira no lo hagas… adora a Dios
  • Pero vemos que Jesús recibió adoración de hombres y ángeles
    • Hebreos 1.6 – «… cuando introduce al Primogénito en el mundo dice: Adórenle todos los ángeles de Dios«
    • Juan 9:38“Y le dijo (a Jesús): Creo Señor, y le adoró
    • Mateo 14:33“… los que estaban en la barca vinieron y le adoraron
    • Mateo 28:9“… y ellas acercándose, abrazaron sus pies y le adoraron
    • Mateo 28:17“… Y cuando le vieron (a Jesús), le adoraron
    • Apocalipsis 5:13“Y a todo lo creado… oí decir: Al que está sentado en el trono y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder…”

Este último versículo con toda claridad muestra que el Hijo (El Cordero) recibe igual adoración que la que recibe el Padre.
Dios es omnisciente, esto significa que lo sabe todo, lo mismo se afirma de Jesucristo.

  • Juan 2:25“… y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre
  • Juan 16:30“Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte, por esto creemos que has salido de Dios” – En este caso, la omnisciencia de Cristo es lo que les hizo entender su divinidad.
  • Juan 21:17“Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo…

Dios es omnipresente, lo que significa que está en todas partes, lo mismo afirma Jesús a todos sus seguidores.

  • Mateo 18:20“… dondequiera que estén dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo, en medio de ellos”

Dios es todopoderoso y Jesucristo es todopoderoso

  • Génesis 17:1“…apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios todopoderoso
  • Apocalipsis 1:8“… Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y el que era y el que ha de venir, el todopoderoso”.

Jesucristo es la revelación del Padre, la imagen del Dios invisible (Colosenses 1:15), la gloria de Dios está en la faz de Jesucristo (II Corintios 4:6), Jesucristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios (I Corintios 1:24) y es el único que nos puede dar a conocer al Dios que nadie puede ver (Juan 1:18) y en él habita corporalmente toda la plenitud de Dios (Colosenses 2:9)
Es muy importante aclarar que esto no significa que la persona de Jesucristo es la persona del Padre, ese pensameinto también es una desviación de la Verdad. El Padre no se hizo hombre, el Padre no murió en la Cruz.
La Biblia nos enseña que en la Deidad, existen 3 personas. Todos los que han sido iluminados por el Santo Espíritu de Dios, son capaces de aceptar esta verdad y maravillarse en ella, porque el Espíritu Santo alumbra a los pecadores para que puedan recibir a Cristo y recibiéndolo a Él, sean recibidos por el Padre.
Sería tema de otro estudio,  defender la doctrina del Espíritu Santo, al cual blasfeman los que enseñan que Él solo es una fuerza. Porque está escrito que aquel que dijere una palabra contra el Espíritu Santo, no tiene perdón jamás. (Mateo 12:32). ¿Cómo podría el pecado contra el Espíritu Santo ser tan grave, si Él no fuera Dios?
La doctrina ortodoxa, bíblica e histórica, se resume en las palabras del credo de Nicea formulado en el año 325 para aclarar y defender todas estas doctrinas esenciales que fueron atacadas por Arrio, el cual afirmaba prácticamente lo mismo que en el presente afirman  los Testigos de Jehová.
“Creemos en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Y en un sólo Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios, engendrado del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del Cielo, por obra del Espíritu Santo se encarnó de la Virgen María, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado; y resucitó al tercer día, según las Escrituras. Y subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos y su reino no tendrá fin. Y creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria y que habló por los profetas. Y en la Iglesia, que es una, santa, universal y apostólica. Confesamos un bautismo para remisión de los pecados. Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.”

2 Comentarios

  1. En otras palabras, el nuevo nacimiento nos da vida al conectarnos espiritualmente con Jesucristo. Él es nuestra vida. Su nueva vida en nosotros, con todos los cambios que produce, es el testimonio de Dios de que somos sus hijos. Y esta vida es la vida del Hijo de Dios encarnado: “Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros […] 16 Pues de su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia” (Juan 1:14,16) –este es el nuevo nacimiento, la nueva vida.

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