ACUÉRDATE DEL DÍA DE REPOSO PARA SANTIFICARLO

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(Por el Dr. Peter Masters, pastor del Tabernáculo Metropolitano, Iglesia Bautista en Londres que traza su historia desde el año 1650) – Traducido y adaptado por Alexander León
¿En qué medida continúa este mandamiento en el Día del Señor?
Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.
Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.
Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.

Génesis 2:1-3
¿Qué era el sabbath, y qué es en consecuencia el Día del Señor, si es que tal cosa fue instituida? ¿Cuál es la conexión entre estos? ¿Fue la observancia del sabbath solamente para los tiempos del Antiguo Testamento? ¿Se realizó algún cambio en la naturaleza del sabbath después de Cristo? ¿Cómo debe guardarse exactamente el día del Señor? ¿Es esto importante? ¿Cuál día debemos guardar como el día del Señor, el séptimo o el primero? ¿Es cierto que en la época de la Reforma había serios conflictos en cuanto a la observancia del sabbath? Todas estas preguntas se formulan hoy, y trataremos de responderlas en este artículo.
Dios decreta un Día Especial.
Comenzamos en el lugar obvio – Génesis 2:2-3, donde se nos dice que Dios acabó Su obra de la creación, y bendijo el día séptimo y lo santificó. Se convirtió en un día muy especial desde el principio, y Dios lo distinguió tres mil años después en el tiempo de Moisés. Fue dado a la raza humana en la Creación (1), para conmemorar la obra de la creación divina, (2) para establecer un día de adoración, y (3) para proveer un símbolo del descanso en el que entran todos los que confían Cristo y descansan de sus propias obras. (Este propósito del sabbath se enseña en Hebreos 3 y 4).
Algunos son de la opinión que el cuarto mandamiento ya no se aplica porque era solamente parte del pacto Mosaico. Sin embargo, es mayor que este pacto, puesto que comenzó con un decreto en la Creación.
¿Conocían el sabbath aquellos que vivieron entre Adán y Moisés y lo guardaban? Un punto de vista opina que el sabbath solo surgió en el tiempo en que Moisés dio la ley. Se dice que aunque Dios proveyó del modelo desde la Creación, no se le dijo a la gente que lo observara como mandamiento.
Este punto de vista se basa en el hecho de que entre Génesis 2 y Éxodo 16, no aparece otra mención con respecto al sabbath, pero esto no explicaría la importante mención de este día en Génesis 2. Estas palabras en Génesis 2 se registran para la obediencia y beneficio de la raza humana, porque Dios mismo no está sujeto al tiempo y los días. Significa que Dios dio un distintivo, un lugar especial en la semana para la adoración, que debía considerarse por encima de los demás días, y santificarlo.
Un Día Único.
Consideremos cuidadosamente que el día fue bendecido por Dios, aunque usualmente son las personas las que son bendecidas en la Biblia. También, se realizó una distinción para santificar el día, aunque en general son las personas, los lugares o los objetos que son santificados o apartados. El mensaje obvio del grandioso acto de Dios es que se asociarían especiales bendiciones en conexión con este día. Debería ser apartado para Dios y para el descanso, teniendo como justificación que Dios mismo descansó en este día, y el hombre siendo creado a su imagen, debería seguir su ejemplo.
A Adán se le dio la tarea de vestirse y cuidar la tierra, y, aunque es probable que su rebelión ocurrió después del segundo sabbath, su conocimiento innato con respecto a este día especial y sus obligaciones continuaron en él después de la Caída.
Aquellos que no pueden ver un decreto divino después de la Creación descrito en Génesis 2, no tienen una buena explicación para este acto especial de Dios en santificar un día y bendecirlo. Para ellos este acto tan significativo tiene una misteriosa irrelevancia, ya que suponen que durante muchos siglos nadie conocía la ordenanza de guardar un sabbath, sino hasta el tiempo de Moisés. Los que opinan así, tampoco pueden explicar la frase de Éxodo 20:8 que dice “Acuérdate del día”, lo cual con claridad nos indica que la observancia del sabbath fue originada mucho antes, en el Jardín del Edén, de lo cual los oyentes no eran ignorantes. Esto se puede deducir del hecho que el cuarto mandamiento está ligado al decreto de la Creación en Éxodo 20:11, “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y el mar, y todo lo que hay en ellos, y reposó en el séptimo día, por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”.
Como no han podido aclarar bien estos importantes textos, aquellos que quieren confinar el sabbath exclusivamente al pacto de Moisés, simplemente lo ignoran y dicen que antes no se observaba. Sin embargo, el acto Divino de la inauguración del sabbath al finalizar la Creación, es sin duda una prescripción y dirección para que la raza humana tomara en cuenta. Después de la Caída continuó como día de culto, regocijo espiritual y proclamación de la Creación.
De manera interesante se ha anotado algunas veces que la observancia del sabbath puede verse en la descripción del Diluvio, donde varios eventos ocurren en intervalos de siete días, como si cada nueva acción en el arca se esperara para el siguiente sabbath. El ciclo semanal de siete días se mira en Génesis 7.4 y 10; 8.10 y 12. En Génesis 8:10 por ejemplo, leemos de Noé: “Y esperó aún otros siete días…” y esto se repite en el versículo 12. El ciclo semanal de siete días fue con seguridad enseñado a Adán en el Jardín y se volvió el estándar en el mundo antiguo, y creemos que también la observancia del sabbath.
Antes de los Mandamientos.
El registro de Éxodo 16 es de especial importancia para provar que el sabbath se observaba desde Adán hasta Moisés, porque esto precede a la proclamación de los Mandamientos. Leemos allí con respecto al maná, y cómo las reglas en cuanto a su recolección consideraban el sabbath. La gente debía recolectar una porción doble en el sexto día porque el séptimo día era el sabbath del Señor. El versículo 23 dice: “Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová…”
Podríamos bien asumir que la “buena simiente” de Adán y de Abraham habían estado enterados del sabbath hasta este punto, aunque debió ser algo que estaba reviviendo después de los años de esclavitud en Egipto. En Éxodo 16 Moisés claramente asume que la gente tenía conocimiento con respecto a lo que el sabbath era.
John Flave en su exposición del “Pequeño Catecismo” anota varias marcas de honor que Dios puso en el cuarto mandamiento. ¿Podría decirse que estas son marcas de un mandamiento inferior?, ¿como para que lo consideremos tan livianamente en el presente?
(1) Es el mandamiento más largo de los 10.
(2) Hay un recordatorio solemne y una advertencia antes del mandamiento
(3) Se expresa tanto positiva como negativamente, lo cual no ocurre con los demás
(4) Se refuerza con más argumentos que los demás mandamientos
Propósitos del Sabbath.

En Éxodo 20 debemos notar el prefacio divino de los Mandamientos (versículo 2): “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre”.
Los Mandamientos fueron dados en un contexto de liberación. Ya hemos visto que el sabbath fue (i) un memorial de la Creación, (ii) un día de adoración, y (iii) un símbolo de la redención eterna, pero con los Mandamientos vino un propósito más, cual es, honrar a Dios por la liberación. Esto se dice del sabbath específicamente en Deuteronomio 5.15: “Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo”.
Los Judíos del Antiguo Testamento tenían que conmemorar y proclamar en el día de sabbath su redención de Egipto. Este era un tipo de la verdadera liberación que Cristo hizo de los suyos en el Calvario. Por lo tanto el sabbath Cristiano, también tiene este propósito: ser un día de proclamación de Cristo, nuestra liberación.
Volviendo a Éxodo 20.8 leemos: “Acuérdate del día de reposo”, y esto indica que se trata de algo anterior y conocido. Esa palabra “acuérdate” apunta hacia el pasado, y también le da mandamiento al pueblo de Dios para el futuro.
Naturalmente, deseamos saber cuánto de la observancia del mandamiento del sabbath nos corresponde hoy: ¿todo o solo parte? Desde el tiempo de la Creación, el día de sabbath contenía un elemento “temporal” en él, porque contenía un tipo o simbolismo que miraba hacia la obra de la redención en Cristo (Hebreos 3 y 4). Obviamente, una vez que Cristo vino, el aspecto simbólico fue cumplido, todos los símbolos se volvieron obsoletos cuando se nos dio la luz clara del cumplimiento. Entonces, no es de sorprenderse que Dios moviera la observancia del sabbath al primer día de la semana, el día de la resurrección de Cristo, porque señala el triunfo de Su obra en el Calvario. Desde ese momento en adelante, todos los símbolos, tipos y las profecías de Cristo, cesaron, el sabbath como tal continúa por las siguiente razones:
(1) El día especial de Dios es un decreto de la Creación, y también uno de los Diez Mandamientos, que son leyes morales vigentes. El cuarto mandamiento está en la primera tabla del Decálogo, que tiene que ver con los deberes del hombre hacia Dios. El aspecto simbólico de este mandamiento fue cumplido en Cristo, pero el principio esencial del mandamiento se mantiene.
(2) Debe seguir existiendo un día de conmemoración de la Creación.
(3) Debe seguir existiendo un día para reposar, especialmente para la adoración e instrucción.
(4) Debe seguir existiendo aún un día para recordar y proclamar la redención – ahora en Cristo. Este elemento de proclamación es muy importante, porque Cristo mostró y explicó las obras de Dios en el sabbath y de igual forma nosotros, por medio de la evangelización de adultos y niños.
(5) Debe seguir existiendo un día de descanso para los trabajadores, de manera que también se beneficien de la primera y cuarta razones expuestas. Este aspecto del cuarto mandamiento debería impedir obviamente la innecesaria labor de ciertas industrias de comercio, ventas, restaurantes, estaciones de gasolina y otras facilidades recreativas.
Hay otro aspecto del Sabbath Judío que se volvió obsoleto con la venida de Cristo. Desde el tiempo de Moisés, el sabbath fue incorporado en la ley ceremonial, incluyendo regulaciones adicionales, porque también servía como una señal del pacto especial de Dios con los Judíos (Éxodo 31.12-17). Por esta razón la profanación del sabbath tenía pena de muerte. Pero cuando Cristo vino, el pacto temporal con los Judíos terminó, y también las estrictas regulaciones dadas por Moisés con respecto a la manera de guardar este día.
En Colosenses 2.16-17, Pablo les dice a los Gentiles conversos que no deben permitir que los Judaizantes les envuelvan en su ritual, o les condenen por ignorar estos rituales, incluyendo la observancia del sabbath Judío, porque estas cosas solamente “eran sombra de lo que había de venir”. Los creyentes Colosenses de seguro guardaban el nuevo “sabbath” (el Día del Señor), así como las iglesias de Corinto y de Galacia lo hacían (según I Corintios 16.1-2). El nuevo Día del Señor, sin embargo, no rompía con los propósitos espirituales y el compromiso devocional del decreto de la Creación y del cuarto mandamiento, y de igual forma proveía descanso a los sirvientes.
Calvino y los Puritanos.
El viejo sabbath, como lo llamaron Calvino y otros en la época de la Reforma, incluía una figura o símbolo de la salvación en Cristo, como hemos visto. Decía entonces Calvino, que desde la venida de Cristo las vidas de los creyentes deberían ser un constante sabbath, todos los días de año debían dedicarse a Dios. Sin embargo, como esto no es posible en esta tierra, y para proveer un día en el cual cada congregación se pudiera reunir, Dios había dado el Día del Señor para continuar las necesidades de adoración, devoción y enseñanza y santificación, así como un descanso para los trabajadores, según la intención del antiguo sabbath.
Posteriores Reformadores al igual que los Puritanos, dieron gran énfasis a la permanencia del cuarto mandamiento, algunos llegaron a extremos y también surgieron voces anti-sabbatarias (una pequeña minoría), que enseñaban que el Dia del Señor no tenía nada que ver con el sabbath, sino que era una institución completamente nueva y diferente. Pero incluso estos maestros decían que debía guardarse el día Domingo en el mismo espíritu del cuarto mandamiento, es decir, para la devoción consagrada a Dios, evitando labores innecesarias así como diversiones. El creciente desdén hacia el día domingo es realmente una cuestión de este siglo.
Cristo gobierna ahora el Sabbath.
Si el Día del Señor ha de reflejar el espíritu y estándares del antiguo sabbath, ¿cuál flexibilidad y excepciones se pueden dar y con qué autoridad? La respuesta se encuentra en la enseñanza de nuestro Salvador. Volvemos a nuestro texto en Marcos 2.27-28:
“El les dijo, El día de reposo se hizo para el hombre y no el hombre para el día de reposo: así que el Hijo del hombre es Señor también del día de reposo”. Esta última frase que también se encuentra en Mateo 12:8 es la clave para el nuevo “sabbath”.
Cristo es Señor del día de reposo, lo que significa que con Su venida Él cumplió todo el simbolismo del día sábado al comprar nuestra salvación, y cambió este día llenándolo de mucho más significado y enriqueciéndolo. Esta es la razón por la cual el apóstol Juan en el Apocalipsis llama a este día el Día del Señor.
Cristo, como Aquel por medio del cual se han dado todos los beneficios a la raza humana, es el originador y diseñador del sabbath, y Él posee el derecho, como Dios, de interpretarlo y adaptarlo.
Parece ser que los Judíos habían hecho el sábado más severo aún de lo que debería ser, y esto fue reprobado por el Señor. En Mateo 12 tenemos el registro de cómo Él pasando por un campo de trigo en un día sábado, Sus discípulos comenzaron a tomar espigas y a comer. Los Fariseos que presenciaron esto se quejaron de que estaban quebrantando la ley del sabbath, pero Cristo les dijo – “¿No habéis leído lo que hizo David, cuando tuvo hambre, y los que estaban con él; cómo entró en la casa de Dios, y tomó los panes que no le era lícito comer?
El Señor les dijo a los Fariseos que ellos estaban equivocados, al mencionar el ejemplo de David, que se alimentó con panes que eran de uso exclusivo para los sacerdotes. Aprendemos aquí que realizar alguna labor de necesidad en el sábado no es quebrantar el día de reposo. En ciertas circunstancias, en casos de emergencia, en casos de necesidad, David actuó como lo hizo aún en la era Judía.
Uno de los grandes reformadores suizos del siglo 16, Henry Bullinger, decía: “… Se concede libertad en casos de necesidad”.
En nuestro caso, los casos de necesidad no deberían ser demasiado elásticos que se permita hacer todo lo que deseamos, porque entonces la dedicación devocional del día se arruinaría. Se debe ejercer libertad en casos de necesidad real. Las personas deben tener en sus corazones y mentes el propósito de honrar el Día del Señor, aunque existan circunstancias excepcionales.
Lo que no se debería hacer.
La regla para el Día del Señor se explica en las grandes confesiones. Las personas deben descansar de sus trabajos, palabras y pensamientos en cuanto a su empleo mundano y sus recreaciones, y deben tomar el tiempo para ejercitar la devoción pública y privada en adoración. ¿Cuáles son entonces las posibles excepciones?
Seamos prácticos. Puede ser que usted se quede sin gasolina en el Día del Señor, y la verdad, es su culpa porque usted debería estar preparado desde el día anterior, y por estas cuatro razones: (1) Para evitar distraccionies mundanas; (2) Para no dar mal ejemplo a otros; (3) Para evitar colaborar innecesariamente con negocios que no descansan en el día del Señor; (4) Para honrar el principio por el cual se guarda este día.
Sin embargo, si usted está en aprietos, y en verdad llega a necesitar llenar su tanque en este día, puede ejercitar su libertad para hacerlo, en tanto que no se le haga costumbre. No se trata de un pecado moral, pero no deberíamos tener en poco el día del Señor. En el caso de los Judíos, el quebrantamiento de este mandamiento tenía una pena capital porque significaba despreciar el Pacto de Dios. En cambio, el Día del Señor no significa para nosotros que estamos rechazando nuestra relación con Dios. En nuestro caso, tenemos que guardar este día voluntariamente y con gozo dedicarlo al Señor, cumpliendo así la perfecta ley de la libertad.
Si alguien no tiene comida, y no hay quién le brinde sustento, puede ir a la tienda y comprar alimento en el Día del Señor, pero el asunto es que si planificaramos mejor, no tendríamos que tomar este día para efectuar ninguna compra.
Si usted va de vacaciones, no debería planear su viaje en avión o tren para el día del Señor, porque esto no es una necesidad, no está dentro del espíritu de guardar el día del Señor. Además, estaría usted contribuyendo con la industria de viajes que irrespeta por completo el día del Señor. La cuestión es que deberíamos procurar cumplir este mandamiento con buena conciencia.
Es incorrecto cuando los jóvenes creyentes planean actividades deportivas para el Día del Señor, o fiestas de cumpleaños, porque precisamente uno de los propósitos de este mandamiento es enfrentar al pueblo de Dios ante una decisión, para ver si escogen obedecer el mandamiento y guardar el día o si lo toman para realizar actividades de goce personal.
Domingos de Restaurante.
Muchos Cristianos, sobre todo en los Estados Unidos, van a cenar los Domingos, pero, ¿es esto necesario? Además, están apoyando a una industria que irrespeta el Dia del Señor y hace que sus empleados tengan que trabajar en Domingo.
Sabemos de pastores en Estados Unidos que nunca emplearían a alguien para que les trabaje en el Día del Señor, y sin embargo van a los restaurantes en este día. Nos parece que esta forma de pensar es inconsistente. En el pasado esto no se aceptaba, pero desde los años 1960´s se ha incrementado este tipo de costumbres en todas partes del mundo.
En nuestra iglesia, muchas personas traen su almuerzo los Domingos para poder quedarse en la Escuela Dominical que es en la tarde, y sabemos que no somos la única iglesia donde la gente se reúne para almorzar.
Si queremos traer a los perdidos a la casa de Dios en el Día del Señor y proclamarles a todos el Evangelio, no es correcto que apoyemos a las industrias que mantienen a sus empleados trabajando en este día.
¿Y qué con respecto a la televisión en día Domingo? Bueno, mientras sea que usted va a informarse de las noticias brevemente o algo por el estilo; es en verdad innecesario que se utilice este instrumento de entretenimiento público en Domingo. Yo exhortaría profundamente a todos, en el nombre de Cristo, que eviten la televisión en el Día del Señor. Porque aunque le pueda parecer legalista a algunos, les aseguro que imponerse uno mismo esta regla le ayuda a honrar y santificar el Día del Señor dedicándose más a las cosas espirituales y al compañerismo cristiano.
Conciertos y Cantatas están fuera de lugar en el día Domingo, ¡Es trágico que tantos cultos se hayan vuelto espectáculos de entretenimiento!
Algunas personas tienen que trabajar en el Día del Señor, y no estamos hablando de casos fáciles, como obras de misericordia, que corresponden a los doctores y a las enfermeras, sino de otras ocupaciones. Hay muchos creyentes que son obligados a trabajar en el Día del Señor, y lo hacen con gran pesar. ¿Es esto incorrecto? No lo es, si no hay manera de evitarlo. Si no se puede conseguir un empleo para mantener a la familia, no podemos juzgarle, porque están en el mismo caso de muchos esclavos en los tiempos del Nuevo Testamento y después, que no tenían descanso alguno.
Spurgeon con respecto a los trabajadores en Domingo.
En los tiempos de Spurgeon muchos miembros de esta congregación trabajaban como sirvientes en grandes mansiones Victorianas, y solo podían asistir a un servicio por semana o a veces menos que eso. Dejar el empleo les habría causado problemas de referencias para otros trabajos, y esto era una necesidad en aquellos días. Había muchas señoritas de entre las 600 alumnas que tenía la Señora Barlet que solo podían llegar a la clase bíblica una vez cada dos semanas. Igual, hoy tenemos casos de personas cuyos turnos de trabajo les obligan a desatender el Día del Señor, pero que desearían tener posibilidad de guardarlo. Las iglesias de Cristo dan apoyo a aquellos que luchan por conservar su fe en circunstancias difíciles.
Es posible que de vez en cuando un empleado cuyo horario es de Lunes a Viernes tenga que trabajar un Domingo, y no hay manera de evitarlo. Sobre todo si esto podría ocasionarle un despido.
¿Qué sucede con los estudiantes que tienen que estudiar para exámenes? ¿Es esto estrictamente necesario? ¿O ha sido por falta de planeación y por neglicencia que deben dedicar el Día del Señor a realizar labores académicas?
Las labores de servicio al Señor, las obras de misericordia, visitar a los enfermos y ayudar a otros en emergencias, todas estas actividades no quebrantan en manera alguna el día del Señor.
El uso de transporte público, si bien no debería utilizarse para fines de viajes de placer en este día, es necesario en la actualidad, ya que las distancias son mucho más largas que antaño, cuando se podía llegar caminando a cualquier parte. Sobre todo en nuestros días, cuando encontrar una iglesia de sana doctrina no es nada sencillo, algunas personas tienen que hacer uso del transporte público para llegar al servicio de adoración.
El Cambio a Domingo.
Al mirar Juan 20.1 encontramos una guía para saber si el sabbath Cristiano fue cambiado del séptimo al primer día de la semana. La autoridad para esto está en el ejemplo de la iglesia del Nuevo Testamento, la cual sin duda fue dirigida por Dios a través de los apóstoles. El día especial para los Cristianos se diferenció del sábado Judío, y fue establecido en el día de la resurrección de Cristo.
El Señor se levantó de entre los muertos en el primer día de la semana, y en Juan 20.19 y 26 observamos que otras apariciones del Señor resucitado fueron también en el primer día de la semana. El versículo 19 dice – “Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos, por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio les dijo…”
El versículo 26 dice – “Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro…”. En inglés se diría después de siete días, pero la manera de contar los días de los Judíos era esta, ocho días después corresponde al siguiente primer día de la semana. Creemos que esto ocurrió para mostrar a los discípulos que este día sería un día de conmemoración de la resurrección. Mientras que el sabbath Judío recordaba la liberación de Egipto, el sabbath Cristiano se enfocaría en la resurrección, que es la prueba de la victoria y éxito del Calvario.
En Hechos 20:7 vemos un poco más con respecto a este día especial de resurrección. “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan…” Esta era obviamente la versión Cristiana del sabbath, y no se realizó en el séptimo día, sino en el primero. Lucas era testigo presencial aquí, y es la primera referencia en el Nuevo Testamento sobre un servicio de adoración Cristiano realizado junto con la Cena del Señor.
Las Iglesias Gentiles observaban el Domingo
La evidencia de un “sabbath” Cristiano en el primer día de la semana se encuentra también en I Corintios 16.1-2, donde Pablo está organizando una recolecta para la hambruna. “…haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo…”
El versículo dice que esto se realizaba de igual forma en las iglesias de Galacia. Las Iglesias gentiles fundadas por Pablo en sus viajes misioneros se estaban reuniendo en el primer día de la semana. Tal vez la revelación para hacerlo así vino del apóstol Pablo.
La bien conocida frase del apóstol Juan en Apocalipsis 1.10 luego confirma la existencia de un “sabbath” para los Cristianos. Él declara – “Yo estaba en Espíritu en el Día del Señor”. Este es sin duda el día de la resurrección de Cristo – el primer día de la semana. No hay referencias sin importancia en las Escrituras, y se nos declara aquí que fue en el Día del Señor cuando Juan recibió estas grandes revelaciones.
El mártir Ignacio, que vivió en los años 30 a 107 AD, quien fue el tercer ministro de la iglesia en Antioquía y probablemente discípulo de Juan, escribió: “Que todo amigo de Cristo guarde el Día del Señor como una festividad, el día de la resurrección – el principal y más importante día entre todos los días de la semana”.
El término, “Día del Señor” indica de manera poderosa la forma en que debe ocuparse este día. Es para Él, y debe estar centrado en Él. No es para nosotros, para nuestros placeres terrenales, para nuestras diversiones y juegos. Es para el disfrute espiritual, aprender y servir y compartir con Él.
Menospreciando la ley de Dios.
Hoy en día, hemos notado, un creciente número de predicadores que no aceptan que el Día del Señor tenga nada que ver con el antiguo sabbath. Dicen que creen que hay un elemento moral y perpetuo en el cuarto mandamiento, pero solo en lo que respecta a asistir a la iglesia en Domingo, y luego somos libres de hacer lo que queramos.
Esta actitud de quebrantamiento del cuarto mandamiento está basada en la idea de que este mandamiento fue suprimido de entre los diez, y que ya no tiene que ver con nosotros hoy. Pero no es posible que un mandamiento que tiene aplicación moral sea desechado así como así.
En Santiago2.10 leemos: “Porque cualquiera que guardare toda la ley pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos”. Inferimos que Santiago se está refiriendo a la ley de los Diez Mandamientos porque menciona dos de ellos en el siguiente versículo. Esto nos indica que no se nos da permiso de incumplir alguno de los mandamientos. Recordemos que los Diez Mandamientos fueron escritos por el dedo de Dios en tablas de piedra, lo cual simboliza su permanencia. El resto de la ley no fue escrita por Dios mismo, sino que fue referida a Moisés.
Advertencias con respecto a la observancia del “Sabbath”
Hemos aclarado muchas veces en este artículo que la observancia exacta del sabbath del Antiguo Testamento no es requerida para el pueblo Cristiano, pero las obligaciones principales se mantienen en la nueva ley de la libertad, y las advertencias que Dios hizo con respecto al quebrantamiento de sus mandamientos todavía son válidas.
Dice Jeremías – “Guardáos por vuestra vida de llevar carga en el día de reposo, y de meterla por las puertas de Jerusalén. Ni saquéis carga (para vender) de vuestras casas en el día de reposo, ni hagáis trabajo alguno, sino santificad el día de reposo…”. Jeremías 17.21-22 y luego: “Pero si no me oyereis para snatificar el día de reposo, y para no traer carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en día de reposo, yo haré descender fuego en sus puertas, y consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará.” V. 27
¿Tenemos que pensar que estas escrituras son material puramente histórico, que no tiene relevancia alguna en la era Cristiana? Las palabras del apóstol Pablo deberían corregirnos: “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos”. I Corintios 10.11
Alguna clase de castigo viene eventualmente cuando los creyentes concientemente y de forma deliverada realizan labores impropias en el Día del Señor, rechazando su propósito santificador. Creemos que Dios juzgará a los impíos que impiden que otros observen el Día del Señor, pero sabemos también que el juicio empieza por la casa de Dios.
Numerosas Iglesias ya no toman en serio la observancia del Día del Señor, organizan espectáculos en este día, actividades recreativas, incluso hasta han cancelado el servicio vespertino y la Escuela Dominical porque interfiere con su tiempo de esparcimiento. Los miembros hacen como les place. Donde prevalece esta conducta negligente, la espiritualidad será muy superficial y a esto sigue la mundanalidad, esto está pasando frente a nuestros ojos hoy.
Otra advertencia se encuentra en Ezequiel 20.13 “… y mis días de reposo profanaron en gran manera; dije, por tanto, que derramaría sobre ellos mi ira…”
Por estas cosas una generación fue privada de la tierra prometida. ¿No efectuará el Señor alguna forma de disciplina con aquellos que menosprecian el Día del Señor?
Nehemías 13.17-18 “Y reprendía a los señores de Judá y les dije: ¿Qué mala cosa es esta que vosotros hacéis, profanando así el día de reposo? ¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el día de reposo?”
Estos textos son muy solemnes y no deberíamos pensar que Dios ha cambiado de opinión con respecto a la observancia del tiempo que debe ser dedicado a Él. Ya los tipos y ceremonias no tienen vigencia, pero el principio de apartar un día para la adoración es de mucha importancia para nosotros hoy.
Promesas con respecto a la observancia del Sabbath.
En una nota más positiva nos referimos a Isaías 56.2 – “Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal”
Los versículos siguientes dicen que aún los extranjeros y eunucos serían bendecidos si guardaban el sábado, porque – “yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá”.
Isaías 58:13-14 refuerza la promesa: “Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y de daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado”.
La promesa dice que disfrutaremos de especial comunión con Dios en Su día. También seremos utilizados por Dios como triunfantes conquistadores en la búsqueda de almas, al ser grandemente bendecidos con maravillosas victorias de oración. ¡Cuánto podemos lograr con una observancia honrosa del Día del Señor!
Un Testimonio y una Ordenanza formativa.
Uno de los efectos del sabbath Judío era el testimonio al mundo pagano. Imaginemos cómo reaccionaban las naciones alrededor de Israel al verlos guardar el día sábado. En una época donde la mayoría de las personas eran agricultores, ellos conocían las dificultades de parar de trabajar un día a la semana. Ellos se preguntaban, ¿Cómo se las arreglan estos Judíos para no trabajar un día? Todas las tareas de las granjas tenían que organizarse meticulosamente de manera que se realizaran en seis días porque el séptimo día tenía que honrar al Dios verdadero, y esto sería un gran testimonio.
Es igual con nosotros hoy en la presente era en la cual la mayor parte de la sociedad ya no sabe de la observancia de ningún día. Los inconversos deberán preguntarse, ¿Quiénes son estos que se abstienen de trabajar y de los entretenimientos para dedicarse a la adoración de Dios? Vemos estas iglesias abiertas y la gente conmemorando al Creador y adorandole juntos. Y es que el Día del Señor está diseñado en parte con este propósito de dar testimonio evidente a todos los demás.
El Día del Señor también tiene una profunda influencia en la vida de santificación del creyente, este es un hecho que no se analiza a veces. Un día a la semana cuidadosamente nos dedicamos a honrar a nuestro Señor, y esto nos entrena a hacer lo mismo en cada área de la vida. Una iglesia que trata el Día del Señor de manera ligera, sin importarle si sus miembros se dedican a pasear, jugar golf o ir a piscinas y otras recreaciones después del culto dominical, es una iglesia que le niega a sus miembros una ordenanza que da forma al carácter cristiano, porque si sometemos nuestros planes para honrar a Dios en Su día, ordenaremos también todas nuestras prioridades para los demás días.
Probando al Pueblo de Dios.
Concluimos con las palabras de Éxodo 16.4, que Dios habló a Moisés con respecto al manná. Se dio mandamiento para la recolección del maná – “para que yo lo pruebe si anda en mi ley o no”
El Día del Señor es un memorial de la Creación, y aún más, es un memorial de la redención y la resurrección, un día de adoración, de acción de gracias y de instrucción, un día que tipifica el descanso eterno, un día de descanso verdadero para todos, y un día de testimonio. Sobre todo, es un mandamiento de prueba, que nos forma y nos hace ordenar nuestras prioridades para honrar y someternos al Señor para los siguientes seis días “seculares”, y para el sendero completo de esta vida. Al menospreciarlo, nos encontraremos con una vida de egoismo, centrada en nosotros mismos, en auto-indulgencias, una clase de vida “Cristiana” que muchos practican hoy. El Día del Señor es tanto un día de oportunidades espirituales como una protección espiritual para toda la vida.
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“Predicando el Evangelio en Southwark desde 1650”

5 Comentarios

  1. He leído el articulo, pero me quedan unas interrogantes
    ¿Todos los textos citados para afirmar la necesidad de observar el domingo, no fueron escritos refiriéndose al sábado?
    ¿Si los 10 mandamientos fueron escritos con el dedo de Dios, no se esperaría que el mismo «dedo de Dios» sea el que introduzca algún cambio de ser necesario?

    • Estimao Jouhans, Dios es Quien determina lo que revela de Sí mismo y cómo lo revela. A veces desearíamos que existieran versículos más específicos en doctrinas que son cuestionadas, pero es Dios quien decidió la cantidad de información que nos dio. Los judíos no podían ver con claridad la razón del final del sistema antiguo y por eso fue escrita la carta a los Hebreos, pero eso no parece haber sido suficiente porque algunos apostataron. Le animo a seguir leyendo e indagando sobre este importante tema, sobre todo en los escritos de los primeros siglos. Dios lo bendiga

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